Tercera reunión entre PSOE e IU – ¡qué diferencia con aquellos tiempos en los que no se sabía si había reuniones, y muchos menos de lo que trataban!-. IU entregó, oficialmente, su tabla reivindicativa al PSOE, con los fuertes aumentos fiscales en Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, e Impuesto sobre la banca, junto con los importantes incrementos de gasto en las partidas de salario social, planes de empleo y fondo para I+D+i. Los socialistas ya conocían por los periódicos las peticiones de IU, pero no dijeron si las aceptaban o rechazaban; pidieron veinticuatro horas para estudiarlas y ver si encajan con sus previsiones. El Principado tiene dinero de sobra para atender las demandas de IU, ya aunque el aumento de gasto es sustancial, también lo es la recaudación tributaria, debido a los nuevos hechos imponibles, como los postes de alta tensión puestos por los montes y las antenas telefónicas. El programa de IU es una copia del papel de Robin Hood, quitando dinero a los que tienen para repartirlo entre los que no poseen. ¿Sobre qué necesita meditar el PSOE?

El cálculo que hará el equipo de Javier Fernández no es económico sino político. Se centra en dos cuestiones: hasta qué punto la sociedad admitirá como programa de gobierno las tesis de IU, un partido que tiene cinco escaños, y cómo encajan sus propuestas izquierdistas con los postulados de UPyD, ya que hay que asegurar el voto de 23 diputados y a esa cifra sólo se llega con el concurso de Ignacio Prendes. Los dos asuntos se solucionan con una misma palabra: moderación. Aplicando el programa de IU a la baja se evita el rechazo social y con ese mismo ajuste se pueden englobar las aspiraciones de UPyD. Claro está que un plan rebajado no contará con el apoyo de IU y volvemos a estar en la casilla inicial. El margen de maniobra es mínimo.

En la contraoferta que está llamada a presentar el Partido Socialista, seguro que habrá muchos razonamientos técnicos para tratar de anular las premisas en que se basan los datos de IU. Esa es un arma política que siempre utiliza el partido que gobierna, con toda la Administración a sus espaldas suministrándole información, pero el recelo de IU es ahora muy grande. Tienen muy reciente el truco de la reforma electoral, donde los socialistas pasaron de ser un apoyo a convertirse en un obstáculo. Si IU se muestra inflexible, habrá presupuestos sólo si el PSOE es capaz de cuadrar el círculo.