Ignacio Prendes anuncia la presentación de una enmienda a la totalidad de los presupuestos del Principado para el año 2014, consecuencia del rechazo que le merece la gestión de Javier Fernández. UPyD ha pasado de ser el único grupo que tenía un pacto con el Gobierno regional a ser el primero que pide la devolución de las cuentas regionales. Es el inicio de la oposición frontal que hará Ignacio Prendes al Ejecutivo socialista en el año y medio que queda de mandato. Seguro que a partir de ahora le veremos criticar el retraso en los planes de empleo, el atasco en las pagas del salario social y la escasísima cantidad reservada para la inversión productiva. Todo lo que silenciaba UPyD para no entorpecer la relación con el Principado se convertirá en asunto prioritario de su agenda política.

El elemento decisivo para el giro radical en la estrategia fue el cambio de los socialistas sobre la reforma electoral, al pasar de impulsarla a impedirla. Rosa Díez consideró que el acuerdo de legislatura daba a UPyD vitola de “partido de gobierno” y los socialistas sellaron el pacto encantados de que Asturias se hubiera convertido en el laboratorio de experimentación del partido rosa. Tras la ruptura del acuerdo, el PSOE lamenta que UPyD se rija por consideraciones nacionales, y haga del disenso sobre la reforma electoral un motivo de incompatibilidad.

La enmienda a la totalidad que defenderá Ignacio Prendes en la Cámara no será la única censura que se presente en el Parlamento. Foro también dará el paso en coherencia con la posición mantenida a lo largo del mandato. El rechazo de Foro es obligado, tras la “pinza” organizada por PSOE y PP, en el año 2012, para cargarse los presupuestos de Cascos que tenían más del doble de inversión que los de Fernández. Falta por saber la postura de IU, si opta por derribar los presupuestos o por recurrir a las enmiendas parciales. Si IU quiere ser congruente con las demandas planteadas en la fase de negociación –que el PSOE nunca contestó- deberá presentar una enmienda a la totalidad, porque es imposible hacer casar el proyecto registrado por el Gobierno con las propuestas fiscales de IU. No tendría ningún sentido poner el listón alto en la fase de negociación y bajar los brazos cuando toca censurar a un Gobierno que no cumplió con sus compromisos presupuestarios y sólo tiene como único objetivo aprobar el último presupuesto de la legislatura, como sea y con quien sea.