Después de las once de la mañana y a través de una nota de prensa, hemos sabido que Javier Fernández estaba ingresado en el HUCA, desde la tarde del miércoles, y que se le había sometido a una intervención para colocarle dos “stent” en la arteria coronaria. Tras la sorpresa inicial, ya que no constaba que el presidente del Principado sufriera ninguna dolencia, llegó la especulación sobre el mal que le aquejaba. ¿Infarto? ¿Angina de Pecho? Desde fuentes de Presidencia se negaba rotundamente ambos diagnósticos, y tuvo que llegar el consejero de Salud, Faustino Blanco, para hablar con naturalidad diciendo que el presidente sufría una angina de pecho y que “tiene que cuidarse como una persona de su edad” (66 años). ¿Verdad que es muy sencillo hacerlo bien cuando se tienen las ideas claras?

En los sistemas democráticos maduros la salud de los gobernantes no es un problema, la comunicación corre a cargo de los equipos médicos o de las gerencias de los hospitales, alternando con informaciones de la portavocía del Gobierno. Cuanto se aleja uno del estereotipo de las democracias maduras, la salud pasa a ser mercancía política de alto voltaje. De ahí vienen las notas edulcoradas –hurtando el nombre conocido de las patologías- o los retrasos a la hora de comunicar las informaciones. Como hay que creer a los únicos que saben de esto, que son los médicos, el presidente podrá incorporarse al despacho oficial en tres o cuatro días. Javier Fernández es ajeno al tabaquismo, no bebe alcohol, y en su época de senador y jefe del partido era asiduo a la práctica deportiva. Tal vez esto último haya dejado de hacerlo, ya que la agenda de un presidente está muy recargada. Los cuidados de la edad, que decía Faustino Blanco, es más que probable que sean cosas muy sencillas de cumplir, como hacer algo más de ejercicio, o alterar ligeramente la dieta alimenticia. A lo mejor no hace falta ni eso.

Trato de decir que lo ocurrido a Javier Fernández es algo muy cotidiano, y que ha sido tratado en un hospital excelente, por un equipo médico de alta calidad, así que sobran las especulaciones. Está fuera de lugar abrir un debate sobre quien será el candidato socialista en las elecciones autonómicas, porque el candidato será Javier Fernández. Veamos lo sucedido como parte de la normalidad, y lo único a corregir es la tardanza en informar y el circunloquio del texto, aunque de todos es sabido que lo peor de los gobernantes es su entorno.