El Principado aprobó le ley de endeudamiento (157,8 millones) y dos créditos extraordinarios, uno de 76 millones para afrontar los vencimientos de deuda y otro de 109 millones para inversiones y servicios públicos. La consejera de Hacienda expresó su agradecimiento al PP por negociar los créditos y comprometer su apoyo en el Parlamento. El acuerdo, PSOE-PP, garantiza el visto bueno en la Junta General del Principado. No obstante, Dolores Carcedo invitó al resto de grupos a dejar a un lado las diferencias y sumarse al pacto. La mano tendida de la consejera va más allá de lo protocolario, porque al Gobierno de Javier Fernández le favorecería extraordinariamente que IU se uniese al acuerdo para ocultar que el viejo bipartidismo asturiano, causante de las inercias y vicios en nuestra región, vuelve a dominar la política asturiana. No creo que los diputados de IU se presten a un juego tan burdo tras haber sido ignorados en la gestación de las leyes de crédito que negoció el Gobierno con el grupo popular.
La consejera de Hacienda informó, tras la celebración del Consejo de Gobierno, que nuestra comunidad autónoma registró un déficit público del 1,05% sobre el PIB en 2013; Cristóbal Montoro había fijado un techo del 1,06%, así que Asturias se quedó a una centésima del tope. Dan ganas de decir que Javier Fernández y Dolores Carcedo son unos reputados maestros en el control de la gestión presupuestaria, hasta el punto de lograr llevar el aprovechamiento de recursos al límite mismo marcado por el Gobierno central, pero tenemos sólidas pruebas de que no es así.
El escándalo del aguinaldo repartido por los centros educativos en la última semana del año desvela que la consejera de Hacienda, en el uso de sus competencias, dictó una retención de crédito a las consejerías, de modo que no podían gastar ni un euro. En la víspera de la Nochebuena, una vez que Dolores Carcedo tuvo ya la seguridad de que los gastos no desbordaban a los ingresos, abrió las compuertas y permitió que sus compañeros gastaran sin orden ni concierto. La consejera de Educación reconoció en el Parlamento que se gastó más en colegios al final de año que en el resto del ejercicio. De esa forma se incurre en dos defectos, se impide utilizar los recursos según se presentan las necesidades, y se aplican las partidas de cualquier forma al acabar el año para simular un elevado porcentaje de ejecución presupuestaria.