La expectación ante la reunión del máximo órgano ejecutivo de IU, la Presidencia, ha defraudado porque no se alcanzó una solución que satisficiera a todas las partes. Manuel González Orviz llegó a la cita con una propuesta cerrada, que consistía en defender la honorabilidad del portavoz parlamentario, reconocer los servicios prestados y pedirle la renuncia al escaño. El coordinador general realizó la propuesta que se esperaba. A la reunión no asistió Ángel González y sólo hicieron acto de presencia un par de miembros de su tendencia política que marcharon antes de proceder a la votación, así que la unanimidad en el apoyo a la resolución del coordinador general estuvo propiciada por las ausencias. La Presidencia de IU dará un tiempo prudencial al portavoz parlamentario para que devuelva el acta de diputado y, en caso contrario, lo destituirá de su cargo de máximo representante del grupo parlamentario.

La ausencia de Ángel González impidió que se avanzara en la discusión. Los miembros del sector crítico tenían un gran interés en acelerar la convocatoria de la Presidencia de IU, pero lo más prudente hubiera sido una cita de media docena de dirigentes con Ángel González para hablar en términos menos oficiales y negociar salidas concretas. En un asunto tan delicado es muy difícil llegar a un acuerdo en una reunión de un órgano oficial del partido si no viene precedida de contactos. El arte de dirimir las diferencias internas sólo lo conoce el PSOE en la clase política asturiana.

La Junta General del Principado va a debatir un informe de los servicios jurídicos de la Cámara sobre la situación de Ángel González, como miembro de la institución tras la sentencia que lo inhabilita siete años para ejercer un cargo público. La sentencia no es firme, porque cabe recurso ante el Tribunal Supremo, pero en caso de que los letrados consideren que tiene que entregar el escaño, no le quedaría otro remedio que abandonar el cargo. Esta hipótesis es bien vista por buena parte de los dirigentes de IU: el Parlamento soluciona un problema que no logra resolver el máximo órgano de la fuerza política. Creo que se equivocan. El prestigio de IU quedaría erosionado si la dirección del partido no es capaz de zanjar el asunto. El liderazgo y la cohesión de IU sufrirían una merma, cuando atraviesa un momento dulce en el inicio de un largo ciclo electoral en el que se renovarán todas las cámaras territoriales.