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Juan Neira

LARGO DE CAFE

TERREMOTO EN LOS PARTIDOS ESTABLECIDOS

Aldabonazo para los grupos establecidos. Caída en picado en votos y porcentaje de los dos grandes partidos. El PSOE pierde dieciocho puntos porcentuales y el PP se deja quince. Los populares ganaron las elecciones por dos escaños de diferencia sobre los socialistas. El bipartidismo logra sólo 30 escaños sobre un total de 54. En la anterior cita europea, en el año 2009, habían alcanzado 47 diputados. Si nos fijamos en lo ocurrido en Asturias, el PSOE, partido ganador en nuestra región, pasó de tener 189.700 sufragios a quedarse con 97.000. En cuanto al PP, dejó los 181.000 votos del año 2009 reducidos a 89.000. En número redondos, el bipartidismo asturiano cuenta con la mitad de apoyos que hace cinco años. Un dato espectacular, si tenemos en cuenta la similar participación ciudadana en las urnas.
El golpe no sólo ha afectado a las formaciones de gobierno, sino a todos los partidos establecidos. IU sólo saca un diputado más que Podemos, la verdadera triunfadora de estos comicios. En Asturias, Podemos pica aún más alto y se encarama como tercera fuerza del espectro político, con el 13% de los sufragios y un diputado más que IU.
UPyD sube de un diputado a cuatro, confirmando los datos de los sondeos previos, pero queda como quinta fuerza del espectro político nacional, por detrás de los dos grandes y las dos formaciones de izquierda radical. El campo de los variados nacionalismos (moderados, menos moderados y radicales) pasa de tener cuatro diputados a seis. Curiosamente, en un territorio tan inestable, donde se forman alianzas y aparecen (y desparecen) partidos en cada convocatoria, hay una mayor estabilidad que en cualquier otro sector del arco parlamentario.
Conclusiones apresuradas. El público no está tan irritado con la clase política, como se pensaba, porque la participación no sólo no ha bajado, sino que ha aumentado medio punto. La novedad consiste en que el electorado está dispuesto a cambiar de papeleta. Como los partidos se olvidaron de los ciudadanos, son ahora estos los que buscan otros representantes. En este masivo cambio de parejas, los que llevan la peor parte son los grupos mayoritarios que pierden clientela a chorros.
Otra particularidad del cambio es el auge de la llamada, “izquierda de la izquierda” o izquierda radical, que tuvo 588.000 votos (IU) en el año 2009, y ahora ha sacado casi 2.800.000 (IU y Podemos). Si el PSOE obtuvo el 23% de los sufragios, la izquierda radical logró el 18%.
En Asturias, el PSOE alcanzó un porcentaje ligeramente superior al de España, sin llegar a los límites de Andalucía, que captó un tercio de los sufragios socialistas de toda España. Este aumento no va a aliviar la preocupación de los jefes de la FSA por el corrimiento del voto a su izquierda. Más ciudadanos escogieron las listas de Podemos y de IU que la candidatura del PSOE. La izquierda asturiana, por primera vez en la democracia, muestra su preferencia por los grupos radicales en detrimento del Partido Socialista.
En el centro-derecha asturiano, el PP en España pasa de 6,6 millones de votos a cuatro millones -no todo el mundo cree en los brotes verdes- mientras que UPyD gana 600.000 votos.
En Asturias, los populares tenían el 42% del electorado, y ahora cuentan con el 24%. Algo más que un simple baile de números. UPyD logró el 6%, por debajo del registro nacional, cuando hace tres años, era Asturias una de las plazas fuertes de Rosa Díez. La alianza de Prendes con Fernández trae estos frutos.
Comentario aparte merece el 4,2% de cuota electoral de Foro, en unos comicios que no están hechos para que partidos regionales que se desenvuelven en territorios con 900.000 electores acudan solos a las urnas. La fuerza de Foro en elecciones autonómicas o municipales no queda empañada con este resultado. Ya lo hemos visto hace tres años: un resultado en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 y otro muy distinto en las autonómicas del 25 de marzo de 2012.

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por JUAN NEIRA

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