Contra todo pronóstico, Susana Díaz ha renunciado a luchar por la Secretaría General del PSOE. La presidenta andaluza adujo que los ciudadanos le pedían que se quedara en Sevilla para “arreglar esto”. Me imagino que “esto” es el 35% de paro que hay en esa región gobernada por los socialistas de forma ininterrumpida durante más de tres décadas. En una entrevista radiofónica dijo que su misión es “dar estabilidad a la comunidad autónoma más poblada de España en un momento difícil”.
Susana Díaz contaba con el apoyo de diez líderes regionales del PSOE, que de forma coordinada, fueron uno tras otro haciendo declaraciones a favor de que la presidenta andaluza se convirtiera en la sucesora de Rubalcaba. Los expresidentes, González y Zapatero, también dieron su respaldo al intento de convertirla en secretaria general del partido. ¿Por qué renunció a ejercer como líder máxima del socialismo español? La propia presidenta andaluza puso una condición que no se cumplió, al exigir que su elección fuera por consenso. Eduardo Madina y Pedro Sánchez no renunciaron a competir en las urnas por el sillón de Rubalcaba, haciendo imposible el acuerdo general en torno a la presidenta andaluza. Susana Díaz está mal acostumbrada ya que ganó las primarias en su tierra por incomparecencia de los rivales; el aparato del partido dio un plazo mínimo de tiempo para obtener los avales, y sin necesidad de pasar por el apoyo de los ciudadanos ni de los militantes socialistas heredó el cargo de Griñán. Trató de repetir la maniobra a escala nacional, pero le salió mal.
La líder andaluza tuvo respaldo autonómico, pero no encontró apoyo del aparato central del partido. Rubalcaba se abstuvo de hacer gestos a su favor y Madina y Sánchez no cejaron en su empeño de hacerse con el mando en el partido. El primer pulso con la dirección de Ferraz lo ganó Susana cuando forzó a Rubalcaba a anunciar el fin de su mandato, nada más celebrarse las elecciones europeas, pero el astuto político cántabro le devolvió el golpe al impedir que se forjara el consenso en torno a ella. Preveo que el próximo jefe del partido va a tener enfrente a la organización andaluza. Con el socialismo catalán deshilachado, por la pulsión nacionalista y sus propias luchas internas, y el socialismo andaluz jugando a la contra resultará muy difícil ganarle a Rajoy las elecciones. Preveo que la crisis abierta con la renuncia de Rubalcaba se va a cerrar en falso.