En el PP de Gijón se suceden las noticias. Cada pocos días, algún colectivo o grupo de notables levanta la voz para pedir la celebración del congreso que dé paso a la Junta Local elegida democráticamente por los afiliados. El injerto de la comisión gestora es ampliamente rechazado por la militancia, que no admite su autoridad tras haber superado ampliamente el plazo de caducidad contemplado en los estatutos del partido. El desorden preside la vida del PP de Gijón, con los cinco concejales ajenos a las directrices del partido y exigiendo a la dirección regional que ponga punto final al periodo de excepción inaugurado con la disolución de la Junta Local. Los afiliados carecen de referencias y dentro de la comisión gestora hay pequeñas capillas formadas por militantes con capacidad de mando, sin que se sepa exactamente quién les confirió el poder. Para rematar el cuadro, digamos que entre toda esa heterogénea lista de gente no hay un átomo de liderazgo. Tienen apetencias de cargo, pero no han sido capaces de suministrarnos un simple análisis sobre lo que ocurre o lo que necesita la ciudad. Tras la reunión del último consejo de administración de Gijón al Norte, la comisión gestora reclamó al Ayuntamiento que acelerara la venta de parcelas, como si esa operación no fuera competencia de la propia sociedad, Gijón al Norte, liderada por el Ministerio de Fomento. A once meses de las elecciones, la situación del PP gijonés es peor, aún, que cuando la lideraba Fernández Pardo.
El problema es grave y hasta ahora irresoluble, porque en caso contrario Mercedes Fernández ya le habría dado una respuesta. En esta situación resulta inexplicable que al estancamiento gijonés se sume el apartamiento de Fernando Goñi, no tanto por su valía, como por lo que representa. Relevarle del cargo de portavoz adjunto del grupo parlamentario es una forma inequívoca de alejar al secretario general, teóricamente, el principal colaborador de la presidenta. Es lógico que Mercedes Fernández quiera rodearse de un núcleo de colaboradores distinto al que tenía Ovidio Sánchez, pero para eso estaba el anterior congreso del partido. O el próximo. A once meses de las próximas elecciones la mudanza de cargos es un error.
De todas las historias de las organizaciones políticas en Asturias, la más triste es la del PP. Una vez obtuvo el poder y desde dentro lo dinamitaron. Lleva 16 años rodando por la pendiente hacia abajo.