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Juan Neira

LARGO DE CAFE

ASTURIAS, TERRITORIO PROBLEMA

En “Situación Económica y Social de Asturias2013”, informe aprobado por el Consejo Económico y Social, vuelve a quedar dibujada con trazos sombríos nuestra región. De las diecisiete comunidades autónomas, Asturias fue la que sufrió un mayor retroceso económico el pasado año. La pérdida de PIB fue del 2,1%, mientras que la media española se situó en el 1,2%. Casi duplicamos la pérdida de riqueza del resto de las regiones.

En el pasado mes de abril, Javier Fernández culpabilizó al Gobierno de España del retroceso asturiano, por los recortes en la minería o la rebaja en la inversión en infraestructuras, hechos que agudizaron, sin duda, la recesión. Un ejercicio pésimo que no fue contrarrestado por el empuje de ninguna de las administraciones, ya que el Principado imitó al Gobierno de Rajoy, y la inversión autonómica se quedó muy lejos de los 364 millones presupuestados, que ya de por sí constituían un registro de mínimos; igualmente, los planes de empleo se empezaron a desarrollar en otoño, cuando formaban parte de los compromisos de la concertación social, firmada en los primeros días de febrero. Durante el 2013, el Principado gozó de sucesivos superávit trimestrales al tener recursos presupuestarios inmovilizados, como forma de ahorro y de nivelación de ingresos y gastos. En plena recesión, ningún sector empresarial o institucional hizo de locomotora y la economía asturiana se desplomó.

Lo grave del asunto no es que 2013 haya sido un mal año, sino que desde que empezó la crisis económica (año 2008) fuimos la región que más se empobreció. En los cinco años que van transcurridos ha desaparecido el 9,5% de la riqueza regional. Casi una décima parte del PIB nos dejamos por el camino, mientras en  las demás regiones el retroceso rondó el 6%, de media. Durante este tiempo hemos oído muchas veces decir que los territorios más afectados habían sido las zonas turísticas, con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, pero al echar los números se ve que el farolillo rojo le corresponde a nuestra región.

LOS PEORES

Ahora bien, lo que convierte a Asturias en auténtico territorio problema es una constatación más amplia: tanto en los periodos de crisis, como en los de crecimiento, nuestra evolución económica fue la peor de todas las regiones. Según un estudio de Funcas, publicado en febrero de 2010, Asturias había sido la comunidad autónoma que menos había crecido entre los años 2000 y 2008, cuando media España compraba pisos y la otra media meditaba hacerlo. Si repasamos la década de los noventa del pasado siglo, ocurre algo similar, así que debemos preguntarnos qué razón hay para que Asturias avance menos en los periodos de expansión y retroceda más en las etapas de recesión.

Con una mera observación epidérmica se ven cosas del presente que tienen que cambiar. Por encima de todas está la apatía del Gobierno para cumplir los compromisos económicos. Velar por la estabilidad presupuestaria es un acierto del Gobierno socialista, pero no puede ser al precio de dejar congelado el presupuesto hasta las últimas semanas del año. No tiene sentido que a mediados del mes de julio se empiecen a reparar las carreteras, cuando esa labor tocaba hacerla en primavera, y resulta extravagante que se abra el plazo de subvenciones a los centros escolares cuando ya finalizó el curso. Llenar la carretera que sube a los lagos de Covadonga de señales, máquinas y operarios, en las semanas centrales del estío, es alzar un obstáculo a la actividad turística.

Una cosa es gestionar con prudencia y otra muy distinta imprimir un ritmo tan lánguido a la ejecución presupuestaria que las partidas de inversión queden retenidas durante gran parte del año. Resulta llamativo que el único compromiso de gasto que se cumple puntualmente es el pago de la nómina de los empleados públicos. Carece de sentido que se renuncie a los mecanismos de reactivación señalados en la concertación social, y que haya 20 millones de euros reservados para devolver la paga de Navidad suprimida a los funcionarios en el año 2012.

    QUIETUD

Siendo estas consideraciones importantes, no explican que seamos año tras año los peores de la clase. ¿Qué ocurre para que en Andalucía, con un 35% de paro, crezca más la actividad económica que en Asturias? La respuesta es compleja, pero con independencia de retomar la reflexión otro día, señalemos al inmovilismo como hilo conductor del desastre. Se proponen cambios, como mero simulacro, para dejar todo como estaba.

Se aprueba un plan industrial que no se discute en el Parlamento ni aporta beneficios a las industrias; se aplica una reforma del sector público que deja intactos los chiringuitos; se apuesta por la flexibilidad económica y se declaran intocables los horarios de los comercios; se consideran prioritarios los servicios sociales y se alarga hasta el infinito la gestión de los expedientes dela Dependenciay del salario social; se crea a bombo y platillola Fundaciónparala Investigación Biosanitariay se aporta menos dinero que nunca para la investigación universitaria; se aplica la reforma local dejando las competencias de los ayuntamientos como estaban. Sensación de actividad con máxima quietud. A todo ello añadamos el declive demográfico, con doble número de muertes que de nacimientos; un asunto del que no se puede responsabilizar al Principado, aunque haya sido sobre lo único que ha propuesto, reiteradamente, un pacto de Estado.

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por JUAN NEIRA

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