Primeras declaraciones del nuevo líder del PSOE tras la celebración del congreso. El número montado por la delegación asturiana al ver descabalgado a Javier Fernández de la coordinación del Consejo de Política Federal es pasto de comentarios. Pedro Sánchez rehúye hablar del descontento de la FSA y dice que “Javier Fernández es un extraordinario compañero que admiro mucho”. Una muestra impecable del lenguaje políticamente correcto. Según el secretario general, el Consejo para la Transición Industrial y Energética, que coordinará el presidente del Principado, no es producto de un capricho o de una ocurrencia de última hora, sino que ya estaba previsto.
Como uno no escribe para hacer amigos, toca decir que del desarrollo del congreso se deduce que el organismo de marras fue un conejo de la chistera que se sacó Pedro Sánchez para contentar a la FSA, porque el obstáculo para la delegación asturiana no residía en la cuota de representación en la Comisión Ejecutiva -el asunto que preocupaba a todas las delegaciones-, sino en que Javier Fernández no iba a seguir de coordinador del Consejo de Política Federal. Dicho de una forma coloquial: había que solucionar la rabieta y se buscó un caramelo.
Detengámonos un momento en el invento. En una Comisión Ejecutiva con multitud de carteras, donde hay una Secretaría de Política Municipal y otra de Pequeños Municipios, donde se crea una cartera con el nombre de Ciencia y Participación, como si la cuestión de la investigación científica estuviera atravesada por la problemática de los animadores de calle, donde hay una Secretaría dedicada a tiempo completo a Reformas Democráticas, nadie había reparado en la energía y en la industria, quizás porque son materias duras y resulta muy plúmbeo tratar de esas cosas en los órganos del partido. La clave es llegar al gobierno, luego ya nos dirán los altos funcionarios y las grandes empresas qué mix energético nos conviene. Para entendernos: como José Manuel Soria pero con el puño levantado. Puestos a improvisar un tinglado decorativo lo llaman Transición Industrial y Energética. ¿Por qué el término “transición”? Es una obviedad, todo está sometido a un proceso de cambio, la energía, la industria, pero también la educación, la sanidad, la agricultura, etc. La clave de la “transición” está en la semántica que engancha a los posmodernos: de Franco al Rey, del carbón al motor de agua. Todo se andará.