La muerte de Isidoro Álvarez, la misma semana del deceso de Emilio Botín, permite trazar un paralelismo entre los dos personajes. Ambos eran de la misma edad, estaban en la cúspide de grandes corporaciones mercantiles y se inscribían dentro de una tradición familiar (comercial, financiera) que los llevó siendo muy jóvenes a trabajar en sus empresas y llegar a puestos de dirección antes de los 30 años. El Corte Inglés es líder de grandes almacenes en Europa y el Banco Santander es el mayor banco de la zona euro. Capitanes de empresa durante más de un cuarto de siglo hizo que la identificación con sus negocios fuera tal que su propia imagen tuviera la fuerza de un logo empresarial.
En El Corte Inglés -fundado por el asturiano Ramón Areces- tuvo prioridad la cultura comercial sobre el saldo de caja, de forma que el trato con el cliente y la imagen de marca sirvieron de llave para conquistar una ciudad detrás de otra. Cuando en España nació una incipiente sociedad de consumo, años sesenta del siglo pasado, Isidoro Álvarez está ya en el puesto de mando, y desde él se reparte el mercado del paño y del regalo con Galerías Preciado. Dos grandes almacenes aparentemente semejantes, pero con culturas muy distintas. Treinta años más tarde los inmuebles de Galerías llevarían el nombre del Corte Inglés, resultado de la competencia capitalista. Recuerdo cuando llegó el Corte Inglés a Oviedo, unos días antes de que Felipe González tuviera el mayor éxito electoral de la democracia, y también recuerdo cuando abrieron sus puertas en Gijón, siete años más tarde, tras negociar con el alcalde Areces (el otro) ubicación y estreno. Llegó un momento en que la ausencia del Corte Inglés en una determinada plaza se vivía como un déficit de la ciudad. Como si careciera de estación de autobuses o auditorio. Hace unos cuantos años se decía que Pamplona era una ciudad moderna y bonita, pero que tenía un defecto: no tenía Corte Inglés.
Con nombre extranjero, El Corte Inglés es tan español, español, que sólo en Portugal se permite tener dos tiendas. El Corte Inglés, como el Banco Santander, como la Liga de Fútbol, como la Lotería de Navidad son símbolos de España. Hacen patria. Dicen que Isidoro Álvarez pasaba doce horas diarias en sus almacenes, los mismos que sirvieron para que millones de provincianos experimentaran por primera vez la comodidad de las escaleras mecánicas. Que no se malgaste su herencia.