En la comisión de economía y la junta de portavoces se ha discutido acaloradamente sobre la fallida comparecencia de José Ángel Fernández Villa en la Cámara y el certificado médico presentado por la familia del líder minero para justificar la ausencia. Un asunto que no tiene sustancia política ni recovecos jurídicos ha suscitado vivos y airados debates, poniendo de manifiesto las tensiones que crea la figura del exsecretario general del Soma. Algunos grupos pidieron nuevos informes médicos para conocer la importancia del síndrome confusional (razón oficial de la incomparecencia), otros reclamaron nueva valoración a cargo de un profesional independiente, y los hubo que ni una cosa ni la otra. Algunos querían votar, y el presidente socialista de la comisión de economía aclaró que no era posible. En la junta de portavoces hora y media más de debate sobre la misma cuestión para acabar adelantando la formación de la comisión de investigación parlamentaria, que se constituirá mañana y tendrá la primera reunión el lunes.

Fuera de las instituciones continúan aflorando regulaciones fiscales: la hija de Postigo se acogió a la amnistía del Gobierno de Rajoy y legalizó 50.000 euros. Ya tenemos a tres miembros del Soma que se apuntan a fórmulas pensadas para ricos desaprensivos: pasar el dinero negro a blanco, a cambio de una pequeña penalización, el 10% de la cantidad regulada. Entre Villa y la familia Postigo, 1.610.000 euros quedaron legalizados. La hija de Postigo fue expulsada del Montepío minero por lavar un pequeño capital. Una decisión sorprendente. Se puede echar de un partido o un sindicato a alguien que tiene una práctica social que choca con el ideario de esas formaciones, pero nadie puede perder su puesto de trabajo por hacer algo que está contemplado en las leyes.

Si la dirección de la FSA pensaba que el tiempo iría apagando la polvareda levantada por la fortuna de Villa, se equivocó por completo. Pronto se cumplirá un mes del bombazo informativo y la tensión no ha dejado de crecer, como ha quedado reflejado en el nerviosismo de los diputados al abordar un asunto que debería ser menor. Villa no actuó solo y tampoco creo que lo esté ahora. Una cosa son las excomuniones oficiales y otra la realidad. Un hombre que supo administrar con tanta sabiduría la chequera sindical no va a quedar privado de fieles. Entre deudores y amedrentados está media Asturias oficial en nómina.