La consejera de Bienestar Social y Vivienda está indignada con el titular de EL COMERCIO en la edición de domingo: “Una empresa de la consejera de Bienestar y su marido participó en grandes obras del Principado”. No duda de la veracidad del titular, pero está irritada porque según ella es un hecho sabido, que la propia empresa (Davelco) reconoce, y no debería ir en primera página. Como a tantos políticos, a Esther Díaz le gustaría decidir sobre los titulares de prensa. Si jugara al fútbol también le encantaría hacer de árbitro, así pitaba el penalti y luego lo tiraba. La consejera asegura que comparecerá voluntariamente en el Parlamento para explicarlo todo. No entiendo nada.

Si es un hecho conocido que tiene una empresa que participó en la construcción de las grandes infraestructuras de la región (Huca, El Musel, Puerto de Avilés, autovía minera, campus de Mieres, macrogeriátrico de Felechosa, autovía Riaño-Sama, Soterramiento Feve Langreo, etcétera) no le debería importar que se vuelva a destacar este hecho. Siendo muy susceptibles, sólo los competidores de Davelco podrían estar quejosos al ver cómo se destacan las potencialidades de una empresa pujante que es requerida para hacer las obras más grandes y costosas de la región. La consejera dice que lo conoce todo el mundo y, sin embargo, va a ir al Parlamento a explicarlo. ¿Para qué va a contar a los diputados lo que ya saben hasta los guardabosques? Lo que está asumido por toda la población no hace falta llevarlo al orden del día de la Cámara. No hay relación entre lo que afirma y el enfado que arrastra: los políticos protestan por informaciones que consideran falsas, no por noticias que dan por verdaderas. No hay congruencia entre lo que dice y lo que va hacer: si su actividad es conocida por todos, huelga dar la chapa en el Parlamento.

Contemos todo como es. Aunque Esther Díaz es muy importante, el 99% de los asturianos no sabían que era copropietaria de Davelco; es más, la inmensa mayoría no sabía qué era Davelco. El titular del periódico hace famosa a la empresa y la relación de la consejera con la empresa. Esther Díaz dice que es legal y yo digo que no es de recibo estar en un gobierno y tener intereses económicos en una empresa que hace obras para ese gobierno a través de una subcontrata. En USA tendría que haberse desprendido de las acciones para prometer el cargo. ¿Qué opina Javier Fernández? El presidente calla para no quemarse la mano.