La barra libre para pedir crédito sin intereses, servida por Montoro para comunidades autónomas y ayuntamientos, no tiene precedentes si se exceptúan los créditos especiales que dieron algunas cajas de ahorro a sus consejeros y ejecutivos. El ministro de Hacienda trata de apaciguar a barones autonómicos y alcaldes, compensando por la vía del dinero gratis la promesa incumplida de revisar el modelo de financiación territorial. Rajoy no quiere problemas en el año electoral y Montoro hace todo lo contrario de lo que había prometido: cebar el motor del gasto de las administraciones.
Los gobiernos regionales no tienen que estar muy preocupados por sus ingresos, porque ahora las deudas salen gratis, así que pueden pedir lo que les plazca. No tiene sentido apelar a la responsabilidad de las comunidades autónomas, cuando el Ministerio de Hacienda las hace irresponsables. En Bruselas están asombrados, ya que hace unos días mostraron su preocupación por la evolución de los déficit de los gobiernos regionales y se encuentran con que el propio ministro encargado de inspeccionar las cuentas de las autonomías crea las condiciones para expandir el gasto. El resultado final de la barra libre será un incremento del déficit de las administraciones, cuando el principal objetivo de Rajoy para este mandato consistía en nivelar ingresos y gastos.
Dejando a un lado la impresentable frivolidad del ministro, lo que subyace en el fondo es la inviabilidad financiera de las comunidades autónomas. Durante la crisis económica no han realizado el correspondiente ajuste, las cuentas están excesivamente maquilladas y sólo podrán seguir financiando sus gastos fijos con ayuda del Estado. La oferta de recibir dinero gratis tiene tanto que ver con los créditos del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), como los programas de gasto a proveedores. En tres años recibieron 62.558 millones de euros del FLA y 41.800 millones para pagar a proveedores y suministradores. Al empezar la legislatura el interés impuesto para esos créditos era del 5,1%; en 2013 lo rebajaron al 3,9%; al empezar este año lo fijaron en el 2%; el pasado mes de julio lo dejaron en el 1% y ahora los créditos se quedan sin intereses. Es muy importante señalar que la medida tendrá efectos retroactivos, lo que quiere decir que todos los intereses de la legislatura se quedan reducidos a cero. Montoro actúa como un padre pusilánime con hijos insolventes.