La anulación del congreso del PP gijonés, decidida por el juez en vista del chanchullo organizado, supone un golpe más en la maltrecha imagen de la organización. El reglamento torticero, la ocultación del censo al candidato opositor (Ignacio Riestra), y la celebración del acto con los seguidores de Riestra en la calle mientras se elegía una mesa presidencial monocolor, superan todo lo visto en las disputas internas de los partidos.
La característica más asombrosa de los dislates cometidos en el PP es que nunca hay responsables políticos. Ahora convocan un congreso-exprés, cuando antes necesitaron 19 meses para organizarlo, y nadie se responsabiliza. Siempre es igual.
PARDO
El 22 de mayo de 2011, fecha de las últimas elecciones municipales, el PP pasaba de tener doce concejales a cinco. La mayor pérdida en España en ciudades de más de 100.000 habitantes. Pues bien, en la noche electoral, la candidata a la Alcaldía y presidenta local, Pilar Fernández Pardo, declaró que el gran perdedor había sido el PSOE, y que ellos/ellas habían contribuido a su derrota. Por supuesto, en ningún momento se planteó dimitir, y en las negociaciones con Foro, previas a la investidura de Carmen Moriyón, propusieron imitar a Salomón: cortar de un tajo el mandato en dos partes, en la primera sería alcaldesa Moriyón y luego le pasaría el bastón de mando a Fernández Pardo. Como un chiste de Gila, pero en serio.
Posteriormente, una vez designada Mercedes Fernández presidenta del PP asturiano, empezó la operación de acoso y derribo de Fernández Pardo. Dos concejales dimitieron en el mismo pleno sin que se dieran explicaciones. No había pasado nada.
GESTORA
La comisión gestora que sustituyó a la derrocada Junta Local estuvo diecinueve meses cruzada de brazos; cuando no les quedó otro remedio que organizar un congreso recurrieron a la farsa para salir airosos. No existen responsables políticos del desastre de la gestora. Tampoco del frustrado congreso que terminó con la imagen de David González Medina y Mercedes Fernández, sonrientes, asidos de la mano, ajenos al varapalo judicial que les llegaría tres meses después.
Entre gestora y congreso los cinco concejales del PP quedaron huérfanos. Actualmente habitan en tierra de nadie, con un ojo puesto en Foro y otro en Ciudadanos, en trance de reubicarse en la sociedad civil con una vida entera por delante para contar anécdotas de su época de estadistas en el Ayuntamiento, como las veces que hablaron con los socialistas sobre una moción de censura para defenestrar a Moriyón, y repartirse el poder con el PSOE. Dos veces se gestó la asonada: en la primera ocasión la disculpa escogida era la repetición del pleno sobre el reglamento de fachadas; la segunda vez el pretexto estaba en la destitución de la secretaria del Ayuntamiento, que la podían poner los socialistas a dedo pero no la podía quitar Foro a dedo. Dos motivos de peso para cargarse a un alcalde.
CHERINES
Sólidos principios tiene la derecha gijonesa, como Mercedes Fernández que regresó a Asturias con un chaleco salvavidas para Javier Fernández; si la nave socialista sufre turbulencias, ella sabe cómo para salvar al comandante.
El chaleco está testado y funciona. Tanto es así que Javier Fernández es el único dirigente socialista de España que desafía a Podemos, diciendo que no va a pactar con ellos y que si tuviera tiempo no lo perdería hablando con sus dirigentes. Explicación: el señor Fernández ya tiene atado con la señora Fernández un apaño postelectoral para seguir en el machito.
Recuperados Aznar, Botella y Aguirre para la convención del partido, sigue habiendo ausencias difícil de justificar.