El primer Consejo de Gobierno del flamante Ejecutivo de Javier Fernández estuvo dedicado a empezar a hacer los deberes marcados por IU en el pacto de investidura. Más de medio millón de euros para reforzar el plan contra la pobreza infantil, que completa una suma superior a los dos millones destinados para ese fin. Cerca de 400.000 euros para ampliar centros educativos. Los llamados servicios esenciales (sanidad, educación y servicios sociales) tendrán un gran protagonismo en estos primeros meses de mandato, porque el Gobierno socialista trata de estrechar lazos con las huestes de Llamazares y hacer guiños a Podemos. Incrementar el gasto social puede ser la inversión más rentable que haga el gabinete de Javier Fernández en términos políticos. Por la vía del gasto social se busca alinear a las tres fuerzas de izquierda que tienen más del 60% de los escaños de la Cámara. Bien mirado, para cualquier gobierno asturiano es bastante sencillo complacer a las fuerzas que están más a la izquierda, porque no piden cambios estructurales (recortar la Administración, terminar con la planta adormidera de las subvenciones, detener la escalada del endeudamiento, etcétera), sino más gasto social y otra vuelta de tuerca a lo público. Menos empresa privada, más tinglados controlados por partidos y sindicatos, y más dinero para la gente. Otra cosa distinta es que ese programa choque frontalmente con la mente de cualquier persona que tenga un mínimo espíritu crítico, se informe a diario de las cosas que pasan por el mundo y no identifique las baladronadas de Varoufaquis con el progreso. Es fácil satisfacer a la izquierda más contestaría, aunque el gobernante de turno tenga que hacer lo contrario de lo que piensa. Cuestión de tragaderas.
Tras el Consejo de Gobierno, Guillermo Martínez ha pedido a los diputados y senadores asturianos que se opongan al proyecto de presupuestos de Mariano Rajoy. Aquí está la otra clave del primer semestre de mandato: caña contra la derecha para convertir a Pedro Sánchez en inquilino de la Moncloa. El proyecto de cuentas para 2016 se olvida de Asturias. En el año 2014 fuimos la región peor tratada por el Gobierno de España, en 2015 recuperamos un poco y en el ejercicio de 2016 volveremos a estar a la cola de las inversiones estatales. Los números no engañan. Ahora bien, los diputados del PP y del PSOE siempre tienen más fidelidad a sus gobiernos que a la tierra que representan.