El presidente Zapatero desoye el consejo de Felipe González de aplazar la negociación de la financiación autonómica para centrarse en la crisis económica, y se dispone a afrontar la discusión sobre el nuevo modelo. Los socialistas asturianos, como los andaluces, eran partidarios de retrasar la negociación, pero el presidente prefiere cumplir con los plazos establecidos en el “Estatut”. Zapatero se dispone a resolver el sudoku.
La agenda nacional y la asturiana se dan la mano, porque la ponencia que estudia la reforma del Estatuto de Autonomía busca establecer cláusulas que garanticen la suficiencia financiera, caballo de batalla de las regiones pobres en el modelo de financiación autonómica. Al parecer, PSOE, PP e IU estudian introducir una cláusula relativamente novedosa: la intensidad en el uso de las prestaciones públicas. Es distinto el uso que hace una población envejecida de un hospital que una joven. En principio, esa premisa coincide con el envejecimiento, una variable que ya está incluida en la financiación de la sanidad. Ahora bien, la intensidad de uso tiene muchas formas de ser valorada, porque aunque en Cataluña la demanda “per capita” de los servicios sanitarios sea más baja (lo que está por ver), también puede Montilla argüir que la intensidad del consumo de infraestructuras de salud es más alta (deterioro más rápido) o que el trabajo de los profesionales es más intenso (más pacientes por médico). Además, en Asturias hay algún hospital con un cupo de población inferior a los 30.000 clientes, lo que es más una muestra de despilfarro que de intensidad.
Lo que no deja mucho margen para la duda es que si de la sanidad pasamos a la educación, la intensidad de uso es más baja en Asturias, porque hay muchos menos alumnos por clase (en las etapas de enseñanza obligatoria y en el Bachillerato, rondan los siete alumnos por profesor). Por más vueltas que le demos, no tenemos un argumento tan sólido y visible como el del incremento de la población, que van a esgrimir los catalanes, madrileños, valencianos y andaluces. Va a empezar la negociación del modelo de financiación y todavía no sabemos cuál va a ser la propuesta asturiana. Conocemos el modelo catalán y desconocemos el nuestro.