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Juan Neira

LARGO DE CAFE

PRIMEROS TANTEOS

Tras entrevistarse con la minoría canaria, IU y Compromís, Pedro Sánchez declaró que la negociación va bien. En el manual de cualquier directivo de empresa se incluye transmitir sensaciones positivas sobre el producto que lanza al mercado. En esa tesitura está el líder del PSOE, queriendo armar una mayoría parlamentaria con socios heterogéneos, para lo que se necesita propagar un mensaje positivo. La cosa marcha. Como la negociación es reservada hay que guiarse por gestos, detalles, frases aisladas. Entre los observadores predomina la idea de que Sánchez se inclina por un gobierno moderado. Es posible que trate de dar ahora esa imagen, pero las matemáticas son tozudas. Si realiza una alianza con Ciudadanos la investidura nace muerta, porque PP y Podemos votarán en contra, lo que ya garantiza más de 190 diputados a favor del “no”. El acercamiento a Ciudadanos sólo tiene sentido para negociar su abstención, pero en ningún caso puede formar parte del núcleo duro de la mayoría parlamentaria. Ese lugar le corresponde a Podemos. La entente con Ciudadanos también despertaría mucho recelo en el PNV, por no hablar de la irritación que causaría entre los independentistas catalanes. Sánchez puede escoger una comisión negociadora u otra, puede optar por un modelo de negociación rápida o por uno lento hasta agotar a los interlocutores, puede mostrarse dicharachero o hermético, pero no puede ser presidente contra la aritmética. Dar un lugar preferente a Ciudadanos en la primera ronda de negociaciones tiene como objeto cargarse de razón ante los barones del partido. Al final del proceso siempre podrá decir que hizo todo lo posible, pero que su ofrecimiento sólo fue aceptado por Podemos, IU y PNV. Ese es el objetivo.

En la Mesa del Congreso, el PP y Podemos mostraron sus cartas al solicitar que el pleno de investidura se convoque para dentro de quince días. Ya hemos dicho más de una vez que si Rajoy quedaba en minoría su “plan B” sería la convocatoria electoral. O él es presidente de Gobierno o todos a las urnas. Celia Villalobos pidió que se fijara el pleno para el día 16 de febrero, una fecha que es en sí misma un obstáculo añadido para el acuerdo. Después del tiempo perdido por las dilaciones de Rajoy, ahora le entró prisa al PP. Podemos también quiere una negociación rápida para evitar sorpresas. Al partido de Pablo Iglesias no le preocupa el adelanto electoral. Estamos ante las primeras escaramuzas.

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por JUAN NEIRA

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