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Juan Neira

LARGO DE CAFE

LOS JUEGOS DEL DIABLO

Mercedes Fernández califica de “juego diabólico” los primeros contactos del Gobierno de Javier Fernández con Podemos e IU. La presidenta del PP afirma que los socialistas alternan las declaraciones positivas con las críticas para que los dirigentes de Podemos se harten y rompan la negociación. La táctica del palo y la zanahoria se convierte en juego diabólico en los análisis “made in” Cherines. La lideresa popular espera que encalle la negociación entre los partidos de izquierda para pasar a un diálogo serio y fructífero entre el Ejecutivo socialista y el PP, como principal grupo de la oposición.

Desde el inicio de la legislatura los socialistas optaron por llegar a un acuerdo con Podemos e IU. La alianza tripartita de izquierdas contaría con el sostén de la mayoría absoluta de la Junta General del Principado, dando coherencia ideológica a la mayoría parlamentaria. La entente aseguraría un cómodo segundo mandato a Javier Fernández que podría ejercer como inequívoco gobernante de izquierdas, una etiqueta que valora más el presidente que los actos concretos de gobierno. A este respecto cabe recordar que sólo en el primer año de la anterior legislatura, cuando contó con el respaldo de IU y UPyD, el presidente pudo exhibir la dialéctica de izquierda (centroizquierda) contra derecha, a diferencia del final de mandato en que los presupuestos aprobados con el PP se vivieron por los socialistas de manera vergonzante, como si la habilidad para pactar a izquierda y a derecha no fuera una cualidad a destacar en cualquier gobernante.

El Gobierno socialista apuesta por el acuerdo de izquierdas, aunque ahora es más difícil que en otros mandatos, cuando bastaba con lograr el entendimiento con IU. Desde el debate de investidura, la entente con el grupo de Gaspar Llamazares está asegurada. El portavoz de IU no contempla otra estrategia que la formación del bloque de izquierdas reconociendo la hegemonía socialista. Este último asunto es importante. Los resultados electorales, hasta en las coyunturas más favorables para IU, señalaron una gran distancia de escaños entre los dos socios. Los papeles siempre estuvieron muy repartidos: el PSOE decide los asuntos importantes e IU colabora con enmiendas parciales. Cuando hubo gobiernos de coalición, IU se limitaba a sus dos consejerías. Podemos trastocar el guion: ni acepta primogenituras ni se ciñe a los asuntos sociales. Un juego diabólico.

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por JUAN NEIRA

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