Javier Fernández ha anunciado su intención de presentarse a la reelección como secretario general de la FSA, en el congreso que se va a celebrar este año. El líder socialista señaló que la organización atraviesa un buen momento, por su cohesión interna y disciplina, aunque todo es mejorable.
El actual secretario general llegó al cargo en el mes de noviembre del año 2000, tras ganar en una apretada votación al candidato de los renovadores, Álvaro Álvarez. Ocho años más tarde, se ha producido un cambio cualitativo, porque en el socialismo asturiano se han difuminado las fronteras que separaban a las familias, existiendo una corriente mayoritaria concentrada en torno a Javier Fernández. La clásica división del socialismo astur, entre las agrupaciones de las cuencas mineras y de las ciudades costeras, se ha diluido. No es fácil explicar cómo se ha producido este proceso, porque no fue a través de la formación de plataformas, firmas de manifiestos ni negociaciones entre las partes. Los dos elementos que contribuyeron a terminar con la larga etapa de enfrentamientos internos fue el cansancio de las bases por tantos años de querellas internas y la propia actividad de Javier Fernández orientada a aunar las esencias del partido con la lealtad al Gobierno regional. Un fenómeno de integración semejante ha realizado Zapatero en el PSOE, pero recurriendo al cambio generacional, al jubilar a todas las principales figuras de los dos bandos (guerristas y renovadores). En el socialismo asturiano se ha seguido un procedimiento distinto, porque no hay clases pasivas, aunque algún dirigente tenga ahora un papel menos activo.
El momento dulce del socialismo asturiano se encuentra amenazado por la crisis económica. Si estuviéramos en un simple proceso de desaceleración, tras dos años de purgatorio volvería el crecimiento y no habría razón para la preocupación. La hegemonía política del PSOE puede zozobrar, al igual que la crisis económica alemana acabó con 40 años de socialismo en Renania. En su próximo mandato, Javier Fernández tendrá que afrontar nuevos problemas, porque las ayudas recibidas en Asturias durante las pasadas crisis van a escasear. Habrá que explorar nuevas fórmulas.