Mientras Rajoy valora los perfiles del nuevo Gobierno, el PSOE sigue bajo el foco de la actualidad. La dirección del grupo parlamentario ha abierto expediente disciplinario a los quince diputados que votaron no en la segunda sesión del debate de investidura, contraviniendo la decisión de abstenerse del Comité Federal. Las críticas al expediente carecen de consistencia, porque en caso de que el comité de disciplina no tomara ninguna medida después del escándalo provocado con la división del grupo parlamentario, lo más sensato sería que optara por disolverse, dejando que a partir de ahora cada diputado vote del modo que considere más oportuno. Resta por saber qué castigo se aplicará, ya que la multa económica que se contempla en el reglamento socialista es francamente ridícula, al oscilar entre los 200 y 600 euros.
El PSOE sigue en el candelero tras las duras declaraciones realizadas por Pedro Sánchez en televisión. Nunca fue tan sincero el exsecretario general del PSOE como en la noche del domingo en horario de máxima audiencia. Es la primera vez que señaló a Podemos y a los independentistas catalanes como auténticos socios de referencia. Hacia el partido de Pablo Iglesias, el dirigente socialista se expresó en los mismos términos que lo hacían los camaradas de IU hace unos meses: “debemos trabajar codo con codo con Podemos”. Sánchez reconoció que se había equivocado con la formación morada, al haberlos tachado de populistas. Y que no había sabido valorar el movimiento de gente joven que hay detrás de las pancartas de Podemos. Con estas declaraciones prepara las condiciones para que las agrupaciones socialistas trabajen coordinadamente con los círculos de Podemos. No contento con esa declaración, Sánchez afirmó que también se había equivocado cuando aceptó que los barones autonómicos establecieron un veto para impedir que negociara con los independentistas catalanes. No obstante dijo que había hablado con ellos, y que en el futuro hay que negociar con los independentistas. Para que no haya dudas afirmó que Cataluña y el País Vasco son naciones, algo que nunca había afirmado un secretario general del PSOE.
Desde estas líneas hemos dicho repetidamente que la alianza con Podemos y los independentistas catalanes era la hoja de ruta oculta de Pedro Sánchez, que pondría sobre la mesa en otoño. Fuera del poder se ha quitado la careta. Las bases ya saben lo que hay detrás del no es no.