Dentro de las distintas medidas que analizarán los socialistas en su congreso destaca la propuesta de conceder el voto a los inmigrantes en las elecciones municipales. Es un asunto que ya se había planteado en la anterior legislatura, siendo la Federación Socialista Asturiana (FSA) una de las organizaciones precursoras en pedir la extensión de ese derecho a los inmigrantes. El número dos del PSOE, José Blanco, ha retomado la iniciativa con una invitación expresa al PP para que se sume a la propuesta, asegurando que todas las reformas electorales tienen que introducirse desde el consenso. ¿Procede que los inmigrantes participen en la elección de los alcaldes?
La inmigración en España ha dado un salto cualitativo en la última década al pasar de ser un fenómeno minoritario a ser el país de la Unión Europea (UE) que recibe más extranjeros no comunitarios. Un tercio de los inmigrantes que llegan a la UE se instalan en España. Ya son más de cinco millones, lo que supone cerca del 11% del total de la población. Gran parte del crecimiento económico de los pasados años se debe a su contribución laboral, destacando la influencia que han tenido en la moderación salarial, elemento clave en la creación de empleo. No tiene ningún sentido que los inmigrantes sigan reducidos a la mera condición de mano de obra, como si sólo pudieran participar de los beneficios económicos asociados al trabajo y de los derechos sociales propios de los contribuyentes al fisco. Una de las vías para propiciar la integración consiste en reconocerles derechos políticos, dándoles la posibilidad de votar las candidaturas municipales. No veo manera de razonar en contra, a no ser que se sustituyan los argumentos por prejuicios.
Aceptado el voto inmigrante, surge inmediatamente el interrogante sobre su destino. La ampliación del censo electoral, ¿beneficiará al PSOE, al PP o a IU? Es muy difícil saberlo a priori. En la pasada legislatura, con gran creación de empleo, es probable que el voto de los inmigrantes fuera mayoritarimente al PSOE; en un contexto de crisis, no es tan claro su destino. En cualquier caso, se trata de consideraciones secundarias, porque lo importante es el reconocimiento del derecho.