Patxi López no ha acudido a su cita electoral con Asturias. En la agenda del líder de la tercera vía constaba su presencia en Gijón y Laviana, y no ha venido. A falta de motivos muy justificados, que hasta ahora desconocemos, la ausencia de un candidato en la carrera electoral es siempre un mensaje de desconfianza hacia sus potenciales votantes. En Asturias, Patxi López tuvo 250 avales, una cantidad reducidísima comparada con los 3.100 de Pedro Sánchez y los 2.400 de Susana Díaz. Aunque a nivel nacional el dirigente vasco también quedó netamente descolgado en la carrera de las credenciales, en el caso asturiano la diferencia es mucho mayor. Tener 250 avales en una federación que cuenta con más de 7.000 carnés de afiliados es una cantidad simbólica.
Nada más finalizar el recuento de las credenciales, desde las filas de la tercera vía se dijo que no se habían planteado la recogida de firmas como una competición, que les bastaba alcanzar la cifra exigida para la proclamación de los candidatos. Una vez iniciada la campaña electoral, cuando toca captar al votante, el dirigente vasco no compareció en nuestra región. Esta falta de pulso electoral ha hecho que desde las otras candidaturas se dirija la mirada hacia un caladero de votos que no está acotado. En la disputa puerta a puerta, destaca la actividad de los ‘sanchistas’, mientras que los ‘susanistas’ visitan las alas de la región, donde hay un porcentaje alto de militantes que no han avalado a ningún candidato.
El contacto directo, personal, es procedente en esta ocasión, porque el censo electoral no llega a las 188.000 personas. No obstante, creo que no se puede renunciar a articular un discurso serio y riguroso. Pedro Sánchez ya tiene el trabajo hecho, ya que su argumentario se reduce a deplorar la abstención ante Rajoy y la reivindicación de un partido de las bases (como si a los demás les llegaran los votos del cielo). Patxi López, allá donde acude, se erige en el candidato de la unidad. Susana Díaz se presenta como candidata ganadora del PP, algo que no puede decir Sánchez, pero yo creo que ese argumento no toca un aspecto esencial que debe ponderar la militancia ante las urnas: el riesgo que lleva asociado el voto a Sánchez. La estrategia de auparse al poder con Podemos, IU, ERC, etc. Al hablar de la credibilidad de Sánchez habría que explicitar la razón por la cual su principal colaborador, el número dos del partido, César Luena, se pasó a la tercera vía, como Óscar López y tantos otros.