EL consejo político federal de Izquierda Unida ha elegido a Cayo Lara como coordinador general de la coalición. El dirigente del PCE ha obtenido el 55% de los votos, frente al 17,5% logrado por Nuet, representante de la tercera vía. Los renovadores o llamazaristas votaron en blanco, tras retirarse Grosske, que era su candidato a la figura de coordinador general. Desde que se celebró la asamblea federal no hubo ningún cambio en las posiciones de las tres corrientes, así que bien pudieron haber elegido a Cayo Lara como coordinador en la asamblea, sin perder el tiempo en negociaciones interminables en las que cada uno trata de convencer a los demás pero evitando que los demás le convenzan a uno.
Visto en perspectiva, los grandes derrotados de este proceso son los llamazaristas, que hasta hace poco contaban con aliados para obtener más del 50% de apoyos en el consejo político y ahora han quedado aislados. La política de acuerdo con otras fuerzas políticas, singularmente con los socialistas, seguida por Gaspar Llamazares en el Congreso de los Diputados no ha sido entendida por el resto de la fuerza política. La posición parlamentaria de Llamazares será a partir de ahora bastante delicada, ya que no sería de recibo que llevara una línea distinta a la marcada por Cayo Lara. Bien es cierto que la mengua de efectivos parlamentarios ha hecho perder a IU la condición de socio preferente de Zapatero, así que puede pasarse toda la legislatura presentando enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado o votando en contra de las iniciativas del Gobierno.
Entre la gente que sigue la política hay un juicio generalizado que consiste en dar por desahuciada a IU, porque ha perdido tantos votos que carece de masa crítica para remontar. No participo de esa opinión. Izquierda Unida no es como el CDS, el invento feliz de un ex presidente que duró un tiempo en la escena pública para consumirse como un cohete de feria. IU, y el PCE, conectan con una determinada cultura de izquierdas que en España viene de muy lejos. El progreso económico ha ido arrinconando sus posiciones. Pero ahora, con una crisis sin precedentes del sistema económico, muy mal tienen que hacer las cosas para no lograr detener su caída electoral. De ahí que Cayo Lara, al minuto de estrenar el cargo, haya nombrado la huelga general.