La amenaza de muerte a la alcaldesa de IU de Riosa resulta tan intolerable como preocupante. Más aún, cuando hace cinco semanas, unos asesinos, cuya identidad aún se desconoce, le quitaron la vida a Javier Ardines, concejal de IU de Llanes. La mano anónima que confeccionó la nota atentatoria contra Ana Isabel Díaz consideró oportuno recordar el crimen de Ardines para dar más verosimilitud a la amenaza: «Lo que le pasó a tu amigo Ardines no es nada comparado con lo que te va a pasar a ti». ¿Qué pretende decir el anónimo delincuente? ¿Se puede hacer algo más grave que quitar la vida a alguien? ¿Insinúa que es capaz de atentar también contra la familia de la alcaldesa? ¿Sugiere que es capaz de torturar y asesinar, al modo mafioso? Tras el mensaje recibido por la regidora, un desconocido rayó el coche de un concejal de IU del Ayuntamiento de Riosa y en el techo del automóvil escribió una sentencia de muerte: «descanse en paz». Un ganadero que no recibe ni un euro por su dedicación municipal es compelido a abandonar el Ayuntamiento.
Creo firmemente en la profesionalidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Estoy seguro de que desde el 16 de agosto pasado, cuando apareció Ardines muerto con señales inequívocas de violencia, trabajan a tres turnos para esclarecer el asesinato y detener a sus autores. La importancia del suceso lo exige y, además, saben que está a prueba su bien ganado prestigio. A partir de esa constatación considero que hay que diferenciar entre el clima tenso que hay en los ayuntamientos de Llanes y Riosa entre gobiernos y grupos de oposición, de la secuencia del crimen de Pría (Llanes). Mientras la Guardia Civil no diga lo contrario, nada autoriza a pensar que la pésima relación entre los que gobiernan ahora el Ayuntamiento y los que lo hacían antes sea la causa del asesinato. Es un asunto sumamente delicado y hay que actuar con extrema cautela antes de hacer declaraciones acusatorias. Repito una vez más que estoy convencido de que las Fuerzas de Seguridad pondrán a buen recaudo a los asesinos y a los que cometen delitos de amenazas y atentan contra los bienes ajenos. Es absolutamente necesario el éxito policial en esta operación y cuanto antes, mejor. Ahora bien, las cúpulas regionales de los partidos están obligadas a hablar con sus concejales y compañeros de Llanes, Riosa y otros ayuntamientos para acabar con la mala convivencia en los consistorios. Sin respeto absoluto hacia las personas, solo hacen política los fascistas.