Gaspar Llamazares ha abandonado el escaño en la Junta General del Principado. Cuando quedan solo cuatro meses para las elecciones autonómicas deja la Cámara regional. Este es el hecho que toca valorar, al que se añaden forzosamente conjeturas e interrogantes sobre los que resulta inevitable especular.
Llamazares era hasta ayer el candidato electoral, por antonomasia, de IU de Asturias. Por experiencia, capacidad política y conocimiento popular. Para los asturianos, la imagen de IU es Llamazares. Junto con Alberto Garzón, formaban la pareja de dirigentes más destacados de IU en toda España. Los dos referentes. Sea cual sea su sustituto en el cartel electoral asturiano y en las tareas parlamentarias del próximo mandato en la Junta General del Principado, se puede asegurar que IU saldrá perdiendo. Hasta que la dirección federal de Alberto Garzón empezó a presionar a Llamazares, con el objeto de impedir que concurriera en los próximos comicios, las expectativas electorales de IU en Asturias eran buenas. A ello contribuía las dimisiones de varios dirigentes de Podemos en nuestra región, entre otros el portavoz parlamentario, y la errática política que lleva este partido bajo el liderazgo de Pablo Iglesias. La dimisión de Llamazares es un golpe para toda la organización asturiana de IU y tendrá consecuencias en las urnas.
Hace unos días, Llamazares mandaba una carta al coordinador general de IU, Ramón Argüelles, ofreciendo dar un paso atrás para no causar daño a la organización. Dejaba la decisión en manos de la dirección del partido. Políticamente, una oferta de ese tipo hay que entenderla como una petición implícita de respaldo. Ayer envió una segunda misiva a Argüelles renunciando al escaño, acompañada de otras reflexiones. Cabe deducir que Llamazares no se sintió suficientemente apoyado por la dirección regional para hacer frente a una hipotética respuesta disciplinaria de la dirección federal, ya que las circunstancias no cambiaron en el breve lapso que hubo entre las dos cartas. El texto de la segunda deja margen para la interpretación. Avisa a Argüelles de que abandona el escaño para que IU no se vea lesionada por las medidas de Madrid, pero a la vez, da a entender que se despide de la fuerza política: «Quedo como militante de izquierda a vuestra disposición, convencido de que nos encontraremos juntos en su reconstrucción». No dice nada de IU. Para mayor confusión, Íñigo Errejón también deja el escaño de Podemos.