La unión de cuatro consultas electorales, con sus correspondientes trámites administrativos, unido a la jaula de grillos en que se ha convertido el espacio político a la izquierda del PSOE, produce efectos deletéreos para la racionalidad política y el gusto por la cosa pública. IU está representando un guión absurdo, más propio de Ionesco que de una fuerza parlamentaria. Resulta que el plazo para presentar candidatos a las elecciones generales se cerró con la única inscripción de Ana Solís, una militante afín a la concejala avilesina, Carmen Conde, seguidora de Alberto Garzón. Inmediatamente, la cúpula nacional del partido (el equipo de Alberto Garzón) amplió el plazo veinticuatro horas para que Juan Ponte, concejal de Mieres, también se inscribiera. Se ve que aunque los dos (Solís y Ponte) son afines a Garzón, Alberto prefiere al segundo.
Mientras se criban los candidatos todavía está en el aire si la candidatura será conjunta con Podemos, dentro del rompedor nombre de Unidas Podemos, o cada partido por su cuenta. Garzón anunció una consulta a la militancia para que decida. En el referéndum se vota telemáticamente entre hoy y el día 9, pudiendo hacerlo de manera presencial el día 10. A la vez que se vota a favor o en contra de aliarse con Podemos, también se elige al primer nombre de la lista (en realidad, será el segundo en caso de que triunfe la coalición, porque el primero corresponderá a los chicos de Podemos). Por si todo esto no fuera ya de por sí suficientemente farragoso y estéril, Ramón Argüelles, coordinador general de IU en Asturias, anuncia una consulta específicamente asturiana sobre la misma cuestión, aunque la racionalidad política dice que en materia de elecciones generales la competencia corresponde a la dirección federal de IU.
Minuto y resultado a la izquierda del PSOE. El equipo de Galapagar teje estrategias para que a Errejón no le salga bien la aventura con Carmena. Gaspar Llamazares solicita desde Actúa una alianza con IU, a los cinco minutos de abandonar IU; por cierto, recuerdo que en su despedida dijo algo así como que más pronto que tarde nos encontraremos en el camino. En efecto, fue pronto, muy pronto: no había acabado de despedirse y ya estaba picando a la puerta. En IU están atascados en un carajal de candidaturas, consultas, candidatos y tendencias políticas que dejan al votante con cara de jeroglífico. Así está la izquierda radical que pretendía dar el ‘sorpasso’ y dejar atrás a los socialistas.