LA AMENAZA ELECTORAL
Con las maletas preparadas para el viaje de vuelta, la política española se topa nuevamente con la investidura de Pedro Sánchez. El presidente en funciones ha realizado una ronda de contactos con diversas fuerzas sociales, culturales y económicas para pergeñar el programa de investidura. Ningún antecesor suyo había utilizado ese método para presentarse ante el Congreso de los Diputados y recabar el apoyo del plenario. Lo lógico es que el candidato a presidente comparezca con el programa electoral que ganó en las urnas. Ese programa es un compromiso expreso con los votantes, mientras que las aportaciones de cineastas, sindicalistas, feministas y otras variadas tribus no pasan de ser propuestas sin carácter vinculante. En realidad, Pedro Sánchez a recurrió a ese instrumento para centrar el debate en el programa y alejarse de pactos sobre ministerios. Tras la fracasada negociación del mes de julio el líder socialista descarta coaliciones; solo contempla un gobierno monocolor respaldado desde los escaños por izquierdistas y nacionalistas. La gobernanza a la portuguesa.
Pablo Iglesias insiste en el gobierno bipartito y para facilitar la tarea se declara dispuesto a aceptar la última oferta realizada por los socialistas en la negociación del pasado mes: una vicepresidencia social para Unidas Podemos, con tres ministerios, Igualdad, Sanidad y Vivienda, a los que el líder de la formación morada añade las políticas activas de empleo. En definitiva, retrotraer la negociación al punto en que había quedado cuando se rompió el diálogo. Sacando fuerzas de flaqueza, Pablo Iglesias afirma que «si el PSOE quiere elecciones, habrá elecciones». Dicho de otra manera: gobierno de coalición o comicios el 10 de noviembre. Puestos a dar ultimátum, Pedro Sánchez tiene otro similar: gobierno monocolor o elecciones.
Los dos líderes amenazan con la llamada a las urnas, pero solo uno (Sánchez) tiene fuerza para hacerlo. Las encuestas anuncian una victoria socialista en otoño con un mayor margen de votos y diputados que la del 28 abril. La subida del PSOE provendría principalmente del hundimiento de Unidas Podemos. También se beneficiaría de electores desengañados de Ciudadanos, aunque en menor medida. El presidente en funciones sigue llevando la iniciativa y anuncia que la próxima semana presentará un programa con 300 medidas. En este escenario apenas tiene Pablo Iglesias margen de maniobra. Ya puede ir estudiando portugués.