Como en todos los pulsos internos se exponen argumentos políticos, aunque la controversia tenga otras causas bien distintas. El expresidente del Principado critica la falta de análisis del resultado en las urnas y la renuncia de Carmen Moriyón al escaño logrado en las elecciones autonómicas. Cascos habla de debacle electoral. No creo que pasar de tres diputados a dos sea un desastre. El verdadero hundimiento de Foro se produjo en los comicios de 2015, cuando pasó de doce diputados a tres, perdiendo el 75% de la representación parlamentaria. En aquella ocasión ningún miembro de la directiva de Foro – tampoco Cascos- habló de debacle. En la carta se deplora la renuncia al escaño de Moriyón («defraudando el mandato sagrado de 35.000 electores»). Dimitir por un mal resultado en las urnas, cuando se encabeza una candidatura, es un comportamiento correcto. Ojalá fuera una práctica asentada en la política española, cuando lo habitual es agarrarse al escaño como lapas. En cuanto a espantadas, la más sonada y la que más perjudicó a Foro en las urnas, fue la realizada por Cascos en vísperas de los comicios de 2015, renunciando a liderar el cartel electoral. Allí se gestó la debacle y quedó definitivamente tocado el partido. A lo largo de la misiva repasa asuntos de la vida del partido, como las campañas electorales, los nombramientos internos, etcétera, para terminar hablando del proyecto de Foro, como una alternativa autonomista al PSOE, no como una muleta de los socialistas orientada al regionalismo.

Desde la fundación de Foro es la primera vez que Cascos no manda en el partido. Ni en la estrategia ni en la gestión ni en la política institucional. Antes de ganar Carmen Moriyón el III Congreso, estaba Cristina Coto de presidenta y Cascos de secretario general, pero bajo esa apariencia de cargos el poder se mantenía en manos de quien siempre lo había tenido. Ahora se alegan discrepancias políticas pero lo que está en juego es el poder.