Como los tiempos en la política española los marca Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), parece que en la primera semana de enero podrá ser investido Pedro Sánchez. Así lo dejan traslucir los dirigentes del citado partido. PSOE y ERC ya se han puesto de acuerdo en lo fundamental, aunque no nos hagan partícipes de las contrapartidas que conllevará la abstención de los independentistas en la investidura. ERC dispone de un gran margen de decisión sobre la política española, pero no tanto sobre la política catalana, donde compite por el mismo electorado con Quim Torra y las gentes de JxCat. Junqueras manda más sobre el proceso que sobre el ‘procés’. La luz verde definitiva para la investidura está pendiente de un informe o declaración de la Abogacía del Estado sobre la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que reconocía a Junqueras como eurodiputado. Una táctica de la dirección de ERC para salvar la cara delante de las bases del partido, porque si de verdad quieren un compromiso de Estado que exijan esa declaración a Pedro Sánchez. La Abogacía del Estado puede decir muchas cosas, como también las dirá la Fiscalía, pero la última palabra la tiene el Tribunal Supremo.
La preocupación a medio plazo está en las concesiones que hayan podido hacer el Gobierno y el PSOE a ERC, y la viabilidad del futuro Gobierno, sometido a tensiones y contradicciones sin cuento. Durante el fin de semana, con motivo del congreso de ERC, Junqueras afirmó que «la independencia es irreversible y un nuevo referéndum, inevitable». ¿Es posible hacer descansar la estabilidad del mandato sobre un partido que mantiene tesis tan contrarias a la Constitución? Más pronto que tarde los independentistas dejarán de amparar al Gobierno de coalición de la izquierda, y a partir de entonces volverá Sánchez a ser un presidente en precario.
El escenario es aún más complejo, ya que Puigdemont y Torra tienen en sus manos la llave de las elecciones catalanas y podrán condicionar la política de ERC. También durante el fin de semana, Quim Torra volvió a reiterar la voluntad de convocar un referéndum de autodeterminación antes de los próximos comicios catalanes. En medio de este carajal va a gobernar Pedro Sánchez con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, vicepresidente ‘in pectore’. La mayoría parlamentaria de la censura tendrá que demostrar que está unida por algo más que la voluntad de derribo, algo que Junqueras, Torra y Puigdemont tienen acreditado.