Atendidos los importantes compromisos de la agenda política internacional, cumbres del G-20 y de la OTAN, Zapatero ha decidido no aplazar por más tiempo la remodelación del Gobierno. En el momento que escribo estas líneas no están confirmados oficialmente los cambios, pero en fuentes gubernamentales se da por hecho la salida de Pedro Solbes del Ejecutivo, ocupando la vicepresidencia económica Elena Salgado. También se asegura que Manuel Chaves se hará cargo de una vicepresidencia de Relaciones Autonómicas, y que José Blanco será el nuevo ministro de Fomento. Son datos incompletos pero permiten hacer un primer análisis.

Por primera vez desde que es presidente de Gobierno Zapatero opta por formar un Ejecutivo con pesos pesados del socialismo. Chaves y Blanco dan densidad política a un Gobierno formado hace un año con mensaje postmoderno, ministerios novedosos y ministros/as sin currículo digno de sentarse a la mesa del Consejo de Ministros. El presidente ha comprendido que para tiempos difíciles es preciso contar con gente bregada en la vida pública y capaz de pelearse con la oposición. Un acierto.

El segundo aspecto relevante es el cambio producido en la vicepresidencia económica. La salida de Solbes era una necesidad, porque el interesado no sólo se permitía ironizar con la ansiada jubilación, sino que encaraba con tal desgana las comparecencias públicas que constituía un lastre para los planes de Zapatero. Nombrar vicepresidenta a Elena Salgado es una enorme sorpresa. Lo más lógico sería poner de vicepresidente a alguien con autoridad en la materia para lanzar un mensaje de solidez y confianza a los agentes económicos, a las finanzas y a los organismos económicos internacionales. No es el perfil de Elena Salgado. Con la nueva vicepresidenta Zapatero confirma lo que ya está haciendo: llevar directamente la economía desde La Moncloa. Renuncia al aval de un gestor económico reputado, pero evita tener que plegarse ante las directrices de una personalidad económica con capital propio. A partir de ahora, la política manda en la economía.

Dos últimos apuntes de menor importancia. Pierde peso político Fernández de la Vega, ante la llegada de Chaves como tercer vicepresidente de Gobierno, y vía libre para Leire Pajín en el partido al ser Blanco ministro.