La crisis de gobierno sigue abierta mientras crecen las especulaciones. No se ha filtrado el nombre de más ministrables o de cesantes, aunque la remodelación que se baraja deja a algunos ministros sin cartera por simple desaparición del cargo. La unificación de los ministerios de Fomento y Vivienda situaría a Beatriz Corredor fuera del Gobierno al ser José Blanco el nuevo ministro de Fomento. La fusión de los ministerios de Educación y Cultura también propiciaría el descarte de alguno de los dos titulares (Mercedes Cabrera y César Molina) o de ambos para ser sustituidos por un nuevo rostro.
La idea de agrupar departamentos ministeriales para tener una Administración más austera no pasa de ser pura cosmética, pero la idea de fusionar Educación y Cultura es un acierto para periodos de crisis y de bonanza, porque ambas carteras ya estuvieron unidas en otras épocas y ahora el núcleo de sus competencias ha sido transferido a las comunidades autónomas. Mucho más lógica es aún la inclusión de las competencias de Vivienda dentro del Ministerio de Fomento. La idea de crear el Ministerio de la Vivienda fue un error de Zapatero que sólo ha servido para que sus diferentes titulares (Trujillo, Chacón y Corredor) lanzasen diversos planes sin atender a las señales que emitía el mercado. Para justificar el cargo hubo que inventarse los minipisos, financiar alquileres para jóvenes que ganaban 22.000 euros y proponer ambiciosos planes de vivienda de protección oficial cuando hay más pisos construidos y sin vender que en ningún otro momento de la historia de España: no conozco ningún sector en que el exceso de la oferta sobre la demanda se solucione ampliando la oferta.
Lo más importante de la remodelación del Gobierno está en la personalidad de los nuevos ministros, no en la fusión de los ministerios. Zapatero alarga el suspense y todavía no sabemos todos los nombres que formarán parte del próximo Ejecutivo. De lo ya conocido cabe colegir que el presidente rectifica el error cometido después de las últimas elecciones generales cuando confeccionó un gabinete para tiempos de crisis formado por personas para tiempos de diversión. Bastó un año de legislatura para que el plan inicial quedara hecho añicos, al emerger como único logro la disminución de las muertes por accidente de tráfico.