Tras el cambio de ministros, Zapatero ha empezado a tirar del Gobierno, marcando las prioridades legislativas que deben llevarle a alcanzar un marco de alianzas estable, algo de lo que ha carecido desde que empezó el mandato. La cita electoral del pasado 1 de marzo ha servido para dejar al PNV en el papel de grupo opositor. Desalojar a los nacionalistas del poder en el Parlamento de Vitoria es incompatible con cualquier alianza en Madrid con el socialismo. El PNV está en la misma tesitura que CiU: la falta de entendimiento con el PSOE en sus comunidades autónomas impide cualquier tipo de colaboración con el Gobierno central.
Ante esta situación, Zapatero quiere finalizar la negociación de la financiación autonómica para poder firmar la paz con el tripartito catalán. Una vez pactado un nuevo modelo de financiación será mucho más fácil contar con el apoyo de ERC e IU, lo que facilitaría la aprobación de leyes y presupuestos si a ese grupo de aliados se suma Coalición Canaria. Establecidas estas premisas se puede afirmar que la negociación del modelo de financiación tiene importancia por la materia que aborda y por ser llave de la gobernabilidad para los tres años que restan de legislatura. Chaves va a visitar a los presidentes autonómicos con la autoridad moral que le da haber cerrado la negociación como presidente andaluz. Las últimas resistencias al acuerdo deben quedar arrumbadas con la ronda de contactos que va a iniciar el tercer vicepresidente del Gobierno. Como la financiación autonómica versa sobre dinero, a la ministra de Economía, Elena Salgado, le tocará mejorar algo la última propuesta de Pedro Solbes.
La postura oficial del Principado es bien conocida: la oferta del Gobierno es insatisfactoria para las necesidades asturianas. Sin embargo, dada la perspectiva de Zapatero, si hacia algún lado hay que acercar la propuesta es al encuentro de las tesis catalanas, porque permite desbloquear la negociación del modelo y otorga una mayoría confortable al Gobierno en el Parlamento. Para ser más preciso: Cataluña y las Islas Canarias deben quedar bien tratadas en el nuevo sistema de financiación. Sobre las bases que está planteada la discusión nada nos permite aventurar que Asturias va a mejorar sus posiciones en el último capítulo de la negociación