Javier Fernández recuerda que la postura de los socialistas con respecto al AVE del Cantábrico no es de rechazo, sino de valoración del proyecto concreto según los costes medioambientales que provoque. Para simplificar digamos que el PP, la FADE y la UGT (sería bueno conocer la opinión de CCOO) están a favor del AVE, y que los socialistas no toman partido hasta conocer el trazado de la línea de alta velocidad. Si el itinerario comporta daños medioambientales importantes, los socialistas se opondrían al mismo, mientras que en caso de resultar un coste moderado le darían el visto bueno.

Planteadas así las cosas las diferencias serían de matiz, porque es evidente que el PP, la FADE y la UGT se apuntan al trazado que provoque menos destrozos en el territorio. El secretario general de la FSA advierte que la construcción de una línea de alta velocidad salvaguardando la costa comportará mayores inversiones que si se proyecta sin esas cauciones. Ya lo hemos comentado alguna vez desde estas líneas: preservar la riqueza natural del territorio comportará más gasto. En su momento habrá que discutir sobre posibles alternativas con el Gobierno, utilizando un argumento para que se apunte al trazado más costoso: más dinero a cambio de más años. La cuantía económica de la obra repartida entre más ejercicios supone un esfuerzo presupuestario similar a distribuir una cantidad más pequeña entre menos años. Es un razonamiento que se puede esgrimir con el AVE del Cantábrico, pero que no vale para otras infraestructuras, en las que el plazo de ejecución resulta esencial. Y aquí llegamos a un asunto importante: el AVE del Cantábrico no es una infraestructura completamente necesaria para dentro de quince, pero no cabe pensar en el siglo XXI asturiano sin una comunicación transversal de alta velocidad. En la sociedad de servicios del futuro, los agentes comerciales, los profesionales liberales o las cadenas distribuidoras necesitarán trabajar con la inmediatez que da operar en un radio de una o dos horas sobre amplísimos mercados.

El consejero de Infraestructuras, González Buendía, dice que no es una prioridad. Bien, vez de entrar en disquisiciones teóricas, lo mejor es encargar al Ministerio de Fomento que haga el estudio informativo, y retomamos la discusión con nuevos datos.