Tras la entrevista que se publicaba ayer en estas páginas con Javier Fernández, el portavoz parlamentario del PP, Joaquín Aréstegui, considera que los socialistas asturianos mantienen un doble discurso ante la crisis económica. La visión optimista estaría encarnada por el presidente Areces, cuando asegura que Asturias será la primera comunidad autónoma en salir de la recesión, y la versión pesimista correspondería a Javier Fernández al asegurar que caminamos por un túnel en el que se tardará en ver la luz de salida. Joaquín Aréstegui afirma que nuestra región no saldrá del túnel con los socialistas.

En los ciclos económicos tiene influencia la percepción de empresarios y consumidores. Por eso en la economía académica las expectativas constituyen una variable, como las importaciones, el ahorro o la presión impositiva. El ánimo de la gente incide en la marcha del PIB, así que los vaticinios de los políticos y de los organismos económicos difícilmente resultan desinteresados. Un ejemplo de libro es lo que sucedió en los últimos quince años en Japón. Tras el ‘boom’ de los años ochenta, con la espectacular revalorización de los activos inmobiliarios, la economía japonesa entró en recesión. Los japoneses perdieron la autoestima y se deprimieron, convirtiendo su pesimismo en el principal problema para reanimar la economía. Aunque los tipos de interés se rebajaron hasta quedar reducidos a cero, el consumo de Japón no despuntó hasta entrado el siglo XXI. Ahora vuelven a estar cabizbajos y el PIB puede sufrir una caída de dos dígitos.

Por todo lo que acabo de escribir, los políticos y las autoridades económicas suelen hacer los pronósticos más benignos: el repunte siempre llegará dentro de uno o dos semestres. Sin embargo, un año más tarde, comprobamos que el repunte sigue estando a seis o doce meses de distancia. Creo que lo mejor es decirle a la gente la verdad, sin dramatismo, porque sólo de esa manera se la puede convocar para compartir sacrificios salariales o recortes de prestaciones. Churchill jugó esa baza cuando la población civil sufría los ataques de la aviación alemana, y no le fue mal. Estamos en el primer año atroz de un trienio pésimo, que será seguido por otro trienio de estancamiento. Al Gobierno le toca aprovechar el sexenio para introducir reformas.