La mesa de la Junta General del Principado ha aceptado la petición de la Sindicatura de Cuentas de exigir la rendición de cuentas de un conjunto de entidades entre las que se encuentran algunas que no tienen mayoría de capital público. Contra todo pronóstico, IU se unió al PP frente al criterio de los socialistas de denegar la comparecencia de entes que están bajo dominio de sociedades privadas. Dos síndicos, propuestos en su día por el PP e IU, hicieron valer su mayoría dentro de la Sindicatura y su criterio ha sido respaldado por los parlamentarios de estos mismos dos grupos. Horas después de la votación, IU se descolgó con una nota justificando su proceder, aduciendo que el rechazo a la pretensión de los síndicos debe hacerse en la Comisión de Economía y Hacienda, no en la mesa de la Junta. ¿Qué decir de todo esto?
Es todo muy raro. Se supone que PSOE e IU, socios de gobierno, tienen que votar lo mismo ante una petición como la que hace la Sindicatura. No es de recibo que compartan en el Consejo de Gobierno todas y cada una de las decisiones, y que al llegar al Parlamento cada uno vaya por su lado. Eso no es un gobierno de coalición, sino, como mucho, una coalición de intereses. Por otra parte, lo que piensa sobre cualquier cuestión un grupo parlamentario es reconocible por su voto, sin necesidad de hacer luego un comunicado explicando que se quiere rechazar, lo que con el voto se acaba de aceptar. Puede que Diana Camafeita, diputada inexperta que representa a IU en la mesa de la Junta General del Principado, haya votado una cosa distinta a lo planeado por su grupo. En una asamblea de trabajadores o de socios de un club de fútbol, no ocurren esas confusiones, pero en los parlamentos están a la orden del día, porque sólo los portavoces entienden los entresijos de la Cámara. No obstante, se trata de una mera posibilidad, porque lo más probable es que no haya habido ningún error.
El pasado viernes daba a conocer EL COMERCIO un informe de la Sindicatura de Cuentas en el que constaba que la voluntad de los síndicos prevalecía frente al dictamen de los propios técnicos de la Sindicatura. Al día siguiente, Jesús Iglesias, coordinador de IU, dando muestras de una extrema cautela, declaraba que esperaba que la actuación de los síndicos no fuera arbitraria. Con una mano se gobierna y con la otra se vota con la oposición.