El grupo de Ciudadanos en la Junta General del Principado ha cesado a su portavoz, Laura Pérez Macho. En el comunicado del partido se dice que fue por una cuestión de «gestión interna». El pasado otoño, cuando la portavoz negociaba un acuerdo sobre los presupuestos del Principado con el Gobierno socialista fue desautorizada por la dirección nacional del partido y, sin embargo, ahora la defenestran los cuatro colegas del grupo parlamentario. Una versión poco creíble. El cambio de portavoz se decide en Madrid, aunque seguro que en la decisión influyeron las críticas vertidas sobre Laura por miembros de la organización asturiana. Explicado de esta manera, lo de la gestión interna no pasa de ser un eufemismo que encubre desencuentros personales y rencillas. Casa pequeña, infierno grande.
El secretario de organización de Ciudadanos, Sergio García, otro miembro del quinteto parlamentario, afirmó que la decisión responde a una «reorganización de las estructuras orgánicas e institucionales». ¿Nos pueden poner otro ejemplo de destitución o cambio dentro de la mencionada reorganización de estructuras? García asegura que el relevo deriva de la asamblea nacional en la que salió elegida Inés Arrimadas, como presidenta. A los tres meses del viraje del partido hacia la izquierda, realizado por Inés Arrimadas en la asamblea nacional, Laura queda sin voz, cuando ella fue la que encabezó el intento de entendimiento con el PSOE de Adrián Barbón. Se asume el mensaje, pero se destituye al mensajero.
El cese de Laura Pérez Macho trae a la memoria la destitución de Ignacio Prendes como portavoz autonómico. Ceses sin una explicación política, basados en excusas burocráticas, la vía utilizada siempre en los partidos para las depuraciones. En apenas un año de legislatura autonómica, Ciudadanos va ya por el tercer portavoz parlamentario (Juan Vázquez, Laura Pérez y, ahora, Susana Fernández); de los cinco diputados que salieron elegidos en las urnas, dos de ellos (Juan Vázquez, Ana Coto) dejaron el escaño. Después de dimisiones y derribos, imagino que ahora tocará construir. Ciudadanos está en el centro de la política nacional desde que Arrimadas abandonó la estrategia de disputarle al PP el liderazgo de la derecha. En Asturias, sin embargo, no se sabe a qué juega. Las tensiones internas y la rotación del personal han difuminado la imagen del tercer partido parlamentario. Hay que dotarse de un discurso potente, no basta con gestionar altas y bajas.