El verdadero debate sobre el estado de la región se produjo ayer, en la segunda jornada, con del cruce de intervenciones de los portavoces con el presidente del Gobierno.
Impresiones generales. Adrián Barbón logró sus objetivos al allanar el camino para la negociación de los presupuestos. De lo dicho por los distintos portavoces se deduce que le van a sobrar socios para aprobar las cuentas, ya que solo el PP y Vox resultan incompatibles para esa labor. El presidente logró aislar a Teresa Mallada del resto de grupos de la derecha, que deberían ser sus teóricos aliados para llegar un día a desbancar a los socialistas del poder.
Los tres partidos de la izquierda (PSOE, Podemos e IU) quedaron perfectamente alineados, algo que nunca había sucedido desde 2015, cuando Podemos formó por primera vez un grupo parlamentario. Si en la negociación presupuestaria remata el trabajo iniciado podrá cumplir con el doble deseo de unir a la izquierda y sacar réditos, a la vez, de la oferta de acuerdo transversal realizada a los grupos del centro-derecha.
Puestos a comparar, el debate no tuvo el contenido emocional de la reciente censura al Gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados, ni alcanzó su viveza ni los discursos tuvieron una calidad semejante. En la Cámara asturiana las funciones son más anodinas y, lo que es peor, tienden a repetirse argumentos, exclamaciones y poses, lo que representa una gran ventaja para el Gobierno, que ya sabe por dónde le quieren meter los goles.
Como los portavoces hacían tres intervenciones, lo que suponía un largo periodo de exposición, Adrián Barbón no se cortó y en algunos casos dedicó sus turnos de uso de la palabra a alabar los argumentos de los opositores para que les fuera más liviano el trance.
Mallada
El duelo más esperado fue el sostenido entre el presidente y la líder de la oposición. Teresa Mallada tocó los temas propios de todo debate sobre el estado de la región: industria, infraestructuras, fondos europeos, deuda pública, energía, servicios sociales, saneamiento, despoblamiento, administración, etc. Junto con el novedoso asunto de la pandemia.
De sus palabras se podía deducir que el estado de la región oscila entre mal y muy mal. Como el inicio del mandato aún está próximo, el discurso parecía una repetición del debate de investidura, ya que los problemas y los datos son muy parecidos. Siete meses de curso político, previos a la pandemia, no dan para solucionar los problemas de la región, máxime cuando buena parte de los citados se remontan a bastantes años atrás. Si se individualizan las críticas o quejas, se comprueba que la mayor parte de ellas deberían dirigirse al Gobierno central, por ser la Administración competente.
En su réplica, Adrián Barbón cambió el guion de la discusión, al afearle que tratara el drama de la pandemia de una manera informal cuando es la prioridad por antonomasia. Emplazada a definirse, Mallada señaló que había que gestionar a la vez la crisis sanitaria, la económica, la social y la educativa, dejando claro que no comparte la visión que tiene Barbón de la coyuntura. Sobre cada tema discreparon, de la misma forma que lo hicieron siempre los presidentes socialistas y los líderes opositores del PP.
La sorpresa surgió al final del segundo turno de Mallada, cuando ante tanta crítica sobre su nula voluntad de diálogo, realizó una oferta de concertación política al Gobierno. Un pacto entre socialistas y populares. Adrián Barbón lo rechazó, al entender que no puede marginar a otros grupos del acuerdo. El presidente tiene en la cabeza un acuerdo más amplio y con un mayor respaldo de diputados.
Ciudadanos
Susana Fernández, la nueva portavoz de Ciudadanos, realizó un discurso diametralmente opuesto al de Mallada, en fondo y forma. Al carecer de rodaje parlamentario no realizó una lectura fluida del texto, pero se le entendió bien lo que quería decir: apoyo para gestionar la crisis sanitaria y aprobar los presupuestos de 2021, siempre y cuando el Gobierno actúe con seriedad: apuesta por la educación presencial, impulso a la actividad económica y agilización de la reforma de la Administración. Línea Arrimadas. Aseguró que están dispuestos a ir con el Principado más allá de los presupuestos. Barbón realizó una réplica constructiva, en la que solo tuvo palabras críticas para la esperpéntica actuación de Ciudadanos en los presupuestos del pasado año, cuando Madrid les obligó a cambiar el sentido del voto.
Podemos
Daniel Ripa realizó la clásica intervención de Podemos, con muchos temas, saltando velozmente de unos a otros. Realizó alguna afirmación discutible: «La pandemia acelera los problemas, pero no los crea». Si un fenómeno natural o artificial hunde un 15% el PIB de un país, constituye por sí mismo un problema superlativo.
El discurso de Ripa inaugura la nueva estrategia de Podemos en Asturias, que consiste en apostar sin rodeos por el acuerdo de la izquierda, en línea con el eje de fuerza que gobierna España, PSOE-Unidas Podemos. Al percatarse del cambio, Adrián Barbón comparó a Ripa con Saulo y su caída del caballo. Barbón puso fin a un lustro de desavenencias: «Usted ha roto el lápiz rojo y yo también lo rompo».