La crisis económica provocada por el cierre de actividades del sector servicios impacta en la recaudación tributaria. El Principado va a ingresar 107 millones de euros menos que el pasado año por IVA, debido a la caída del consumo, y 106 millones menos por IRPF. La tercera fuente de ingresos, proveniente de la imposición sobre los hidrocarburos, también desciende. Al Principado no le afecta la bajada en la recaudación por el beneficio de las empresas, ya que los ingresos procedentes del Impuesto de Sociedades van íntegramente a las arcas de la Hacienda estatal. En conjunto, se espera que los ingresos tributarios de la comunidad autónoma mengüen en 224 millones de euros. Por fortuna, en el Principado predominó la prudencia y no se acordaron subidas de impuestos, ya que empresas y ciudadanos atraviesan una situación muy difícil como para poner más cargas sobre sus espaldas.
La otra fuente de financiación proviene del endeudamiento, una vía que fue utilizada por los distintos gobiernos asturianos hasta el punto de que la suma de amortizaciones e intereses suponga 625 millones de euros en el presupuesto. Como todo es comparativo, digamos que hoy día gastamos menos en financiación que en educación, pero más que en servicios sociales. En el ranking del gasto público, primero va la sanidad, segundo la educación, tercero la deuda y en cuarto lugar los servicios sociales. Son cuatro destinos que están relacionados porque gran parte del crecimiento del gasto en sanidad, educación y servicios sociales, durante los últimos 15 años, se hizo asumiendo un mayor volumen de deuda.
Es importante conocer los ingresos del Principado para entender que no está en condiciones de compensar todo el quebranto económico que padecen las empresas privadas y las familias. Puede y debe contribuir, pero sus capacidades son limitadas. Si en los seis años anteriores, que fueron años de crecimiento económico, en vez de gastar en actividades prescindibles o en elevar de una forma irresponsable la nómina de personal, se hubiera ahorrado, a lo mejor ahora habría 200 o 300 millones de euros más y podrían utilizarse para paliar necesidades perentorias. Cuando se hablar de gastar menos se suele pensar en recortes traumáticos, pero no siempre es así. Bastaba con haber cortado la sangría en la Zalia o en Sogepsa para contar con ese dinero. De estas cosas habría que hablar serenamente en la Junta General del Principado, y olvidarse de tantas discusiones en clave ideológica.