José Luis Iglesias Riopedre sigue cumpliendo condena en la cárcel de Asturias. La junta de tratamiento de la prisión, refrendada por Instituciones Penitenciarias, propuso que el reo pasara a cumplir la pena en régimen de tercer grado, un ‘un modus vivendi’ de semilibertad. Los informes médicos que maneja la junta de tratamiento acreditan la grave enfermedad que sufre y aconsejan el cambio en la forma de cumplir la condena. El Ministerio Fiscal, apoyado en informes médico forenses, ha recurrido dos veces la concesión del tercer grado, y ahora la Fiscalía está a la espera de un nuevo informe para posicionarse sobre la postura de la junta de tratamiento. Los informes forenses dicen que no corre riesgo vital a corto y medio plazo, y que en la cárcel puede seguir el tratamiento a sus dolencias. Como se puede ver las posturas enfrentadas se deben a las discrepancias en los informes médicos que manejan ambas partes. Urge resolver esas contradicciones porque son inaceptables.
En uno de los informes médico-forenses se aseguraba que el reo no tenía ningún impedimento que le impidiera delinquir. Una consideración harto llamativa. Los delitos por los que fue condenado Riopedre iban ligados a su condición de consejero de Educación. Sin ser autoridad pública no podría ser condenado por prevaricación, cohecho pasivo o fraude a la Administración. Riopedre, fuera de la cárcel, no tiene ni la más remota posibilidad de reincidir en los delitos cometidos. Es difícil de entender que se puedan hacer ese tipo de consideraciones en un informe oficial.
Desde el entorno de Riopedre califican de injusta la distinta suerte que corren Otero (disfrutando del tercer grado) y el exconsejero en la cárcel. Otero se dejó guiar por el consejo de su abogada, Ana Muñiz, que le recomendó la cárcel de Álava, ajena al ruido mediático, y luego la letrada solicitó y obtuvo el tercer grado.