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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL VERANO ES LA META

Los asturianos cabalgamos la cuarta ola: seis días seguidos subiendo los contagios, desde 96 infectados hasta 161. En lo único que coinciden Gobierno y pueblo es en que sólo las vacunas nos rescatarán del oleaje.

Desde finales de diciembre hasta abril el ritmo de vacunación fue penoso y ahora que toma impulso se desata la polémica sobre las vacunas. Misterios del mercado, la vacuna más barata, AstraZeneca, es la que genera una mayor desconfianza. Seis veces más barata que Pfizer y ocho veces menos costosa que Moderna. Está en el inconsciente colectivo: lo barato es malo y lo caro es bueno. Con razón hablan de inmunidad de rebaño.

Me admira que sean los políticos del Consejo Territorial de Salud los que decidan a quiénes hay que administrar AstraZeneca. En una reunión acordaron que fuera sólo a los menores de 55 años y en otra que sólo se inoculase a los mayores de 60. Les da igual blanco que negro. Parafraseando al Emérito, ¿por qué no se callan?

Pedro Sánchez reapareció el pasado martes en versión cesarista, hablando al pueblo sin intermediarios. Tocaba capitalizar el gran éxito de los tres millones y pico de vacunas que iban a llegar a las regiones en los siguientes días, pero se cruzó el dictamen de la Agencia Europea del Medicamento sobre la vacuna anglo-sueca y cambió el panorama.

SPUTNIK

Luego se supo que Díaz Ayuso estaba en tratos con los rusos para adquirir dosis de Sputnik V, y la demonizaron. Faltaba por llegar lo peor. Baviera, primero, y toda Alemania, después, quieren adquirir la vacuna rusa. Hasta Ximo Puig se abonó a ella: “es evidente que necesitamos más vacunas que las actuales”. Tal parece que Ayuso, Merkel y Puig se unieron para dejar en papel mojado el discurso de Sánchez, con la excepción de su anuncio del fin del estado de alarma.

No recuerdo una palabra o un gesto de Sánchez que no fuera en clave política. Hasta cuando posaba con rictus grave la primavera pasada para decir, “estamos pasando los días más duros de nuestras vidas”.

A lo que voy, si da por finalizado el estado de alarma sólo puede ser por dos razones: evitar el debate y la votación sobre la prórroga en el Congreso de los Diputados o mejorar posiciones ante las elecciones autonómicas de Madrid. La imagen de un líder que gobierna un año entero en régimen de excepcionalidad no es muy atractiva y podría quitar chances a Gabilondo en las urnas.

SÁNCHEZ

A Sánchez sólo le interesa el poder, por eso desde el 10 de marzo, cuando Ayuso convocó elecciones anticipadas, toda su energía está volcada en evitar un triunfo de la derecha. El anuncio prematuro de la prórroga de los ERTE, antes de que empiece la negociación con los agentes sociales, también está en esa línea, con la colaboración de Yolanda Díaz. Otra cosa es que Calviño no se entere, pero la vicepresidenta segunda tiene de político lo mismo que Sánchez de técnico.

En Asturias la influencia de las elecciones madrileñas será escasa. El debate en Madrid es sobre el estilo de Ayuso, sobre su gestión: presión fiscal baja, rebajas de IBI e IAE a los sectores más afectados por la pandemia, hostelería y comercios abiertos sin interrupción, fletar aviones para la compra de material sanitario, construir en un tiempo récord (cuatro meses) el hospital Zendal, etc.

Luego está todo eso de comunismo o libertad, pero no deja de ser el tique de demagogia que pagan los candidatos en toda campaña electoral. También dice Gabilondo que no va a subir los impuestos. Y Pablo Iglesias habla de la derecha criminal, aunque luego caen los adoquines sobre las cabezas de la gente de Vox.

ASTURIAS

En Asturias, empieza esta semana un experimento inédito en nuestra región: compaginar la desescalada de las medidas de cierre con la escalada de la cuarta ola. Una apuesta muy arriesgada de Barbón, pero si le sale bien, le dará frutos.

Tras un año de pandemia aprendimos que hay un amplio sector de la población que no atiende a consejos, sólo se pliega ante medidas punitivas. Por esa razón muchas familias convirtieron la cena de Nochebuena en la última cena.

El fin del estado de alarma y el olor de la primavera colaborarán a la expansión del público, es imparable. Frente a todo ello Barbón sólo tendrá el arma de las vacunas.

Una vacunación rápida podría salvar el verano. Dejando a un lado todo lo que tiene que ver con la salud, el único objetivo estratégico realista desde que empezó la tercera ola (29 diciembre) es lograr un verano con todo abierto sin restricciones. Con mascarilla, pero sin limitaciones a las actividades económicas.

Estamos en un momento más difícil de lo que se piensa. El maná europeo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, con 672.500 millones de euros, que curaba nuestras heridas económicas va a quedar para el próximo año.

El Tribunal Constitucional alemán lo tiene parado. Un desastre, sin duda, que dejará los Presupuestos Generales del Estado convertidos en literatura ficción.

Por eso es tan importante para Asturias tener un verano como el del año pasado. Quiero decir un verano sin apenas contagios.

Es necesario trasladar este mensaje a la gente. Primero, a la Junta General del Principado y, luego, al público. Soy pesimista, pero el Gobierno regional tiene la obligación de intentarlo.

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por JUAN NEIRA

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