La 24 Conferencia de Presidentes se sustanció en un conjunto de declaraciones de intenciones y en dos entregas de fondos a las comunidades autónomas, uno de 10.000 millones de euros para afrontar el reto demográfico (desde marzo ya se conocía) y otro de 10.500 millones correspondiente a la primera partida que llega de Bruselas. Hay que ser realistas, la cosa no daba para más.
El orden del día de la conferencia era sumamente ambicioso, al pretender llegar a acuerdos sobre el modelo de financiación autonómica, el declive demográfico, el reparto de fondos europeos y la gestión de la pandemia. En unas pocas horas, el presidente del Gobierno central y dieciséis presidentes autonómicos (Pere Aragonés no acudió porque recibe trato personalizado en encuentros bilaterales, como corresponde a Cataluña, un territorio que no encaja en el formato autonómico) estaban compelidos a resolver una buena parte de los litigios que les enfrentan. Como decía Rajoy, un “imposible metafísico”. El asunto se resolvió con un conjunto de declaraciones que dejan en el aire todos los interrogantes que envuelven los temas que formaban el orden del día.
Las 18 últimas conferencias presidenciales se realizaron durante la pandemia. Las primeras tuvieron una cierta eficacia porque se trataba de explicar y aplicar criterios para protegerse del virus. Ahora, el panorama cambió y se discute sobre asuntos complejos y con intereses territoriales contrapuestos, así que hay que cambiar de formato y realizar un trabajo previo para llevar al plenario los asuntos sobre los que puede haber consenso. En caso contrario, todo se reduce a titulares genéricos y a la foto.
Sobre el modelo de financiación autonómica asombra escuchar a algunos presidentes y a gente de su entorno. Si no mejoran su nivel de conocimiento en la materia, es imposible que se entiendan unos con otros. Por cierto, ¿cómo se puede reformar el actual sistema de financiación si Cataluña no participa? Cada día que pasa estamos más abocados a sustituir el actual modelo multilateral por la entente bilateral. Ahí sí que va a estar cómodo Pedro Sánchez. Sobre el reto demográfico Teresa Ribera puso 10.000 millones sobre la mesa, pero no dijo para qué ni para quién. Tampoco se conocen los criterios de reparto de los fondos europeos. En resumen, Salamanca espléndida, aplausos al Rey y abucheos a Sánchez. Tras llevarse en la víspera tres nuevos impuestos para casa el lehendakari acudió al acto. Cada día está más unida España.