A la mañana nos llegó el dato de Alemania: más de 65.000 contagios en las últimas veinticuatro horas. Récord absoluto desde que el coronavirus llegó a los aeropuertos europeos procedente de Wuhan (China). Nunca había habido tantos contagios en la patria de Ángela Merkel. En los Países Bajos también batieron su récord, con más de 20.000 infectados. En Italia se conformaron con superar los 10.000 contagios por primera vez desde el 8 de mayo. La necesaria, la imprescindible, la obligada vacuna no se basta ella sola para acabar con la pandemia. Es preciso que los gobiernos y la sociedad tomen medidas para evitar los contagios. Sin vacuna no hay esperanza, pero si no llega acompañada de medidas preventivas la enfermedad se propaga. El verano pasado, en plena quinta ola, se contagiaron en España 10.000 sanitarios, un grupo social que roza el 100% de vacunación. Mientras no sepamos sacar conclusiones de nuestra experiencia colectiva seguiremos sometidos al vaivén de las olas, aunque los daños sean menores.
En España la incidencia media acumulada a 14 días supera los 104 casos por cada 100.000 habitantes. Asturias es la comunidad autónoma que registra unos datos más bajos, con una incidencia de 54,9 casos. No es la primera vez que somos los mejores; deseo fervientemente que dentro de un mes sigamos ocupando la misma posición. Nuestra asignatura pendiente consiste en no conformarnos con comprobar que en otros territorios están mucho peor. Nos encontramos en el tramo ascendente de la curva y habría que tomar ya algunas medidas, con independencia de lo que diga el famoso semáforo. Si alguien se alarma o se deprime, lo siento mucho, pero es mucho peor que ingresen conciudadanos en las UCIs. Al desenvolvernos como si la vacuna fuera un salvoconducto hemos reanimado al virus. Ayer hubo 84 contagiados en la región, una cifra que nos homologa con registros del pasado. El consejero de Salud dice que no habrá nuevas restricciones ni se adoptará el pasaporte covid. Seguimos con las mismas inercias del pasado. Sobre el famoso pasaporte hay un amplio debate entre el coro de dirigentes autonómicos. Cuando crece el porcentaje de vacunados infectados, me parece una discusión inútil.
Dentro de unos días se cumplirá un año del inicio del debate más frívolo y, a la vez, mortífero que hubo en España. ¿Cuántos comensales podrán compartir la cena de Nochebuena? ¿Seis, ocho, doce? En los dos meses siguientes hubo 18.000 fallecidos por covid. Vacuna y civismo, por el bien de todos.