Tras varias reuniones con el Gobierno regional, Daniel Ripa manifiesta que no ve ningún avance en la negociación del presupuesto del Principado para 2022. El portavoz de Podemos considera que Adrián Barbón se inclina por un pacto con las fuerzas «conservadoras». Se refiere a Ciudadanos y Foro. Ripa recuerda que la entente con el partido morado conllevaría avances en Salud Mental, Atención Primaria y gratuidad en la red escolar de cero a tres años.
Hay que agradecer a Ripa su disposición a informar a la opinión pública de lo que se habla en negociaciones que se realizan de espaldas a la gente. En nuestras instituciones autonómicas hay una inercia de ocultismo tan asentada que se ve como normal que transcurra un mes entero de contactos entre fuerzas políticas sin decir nada al contribuyente. Digo contribuyente, porque somos nosotros, a través del pago de los impuestos, los que costeamos toda la parafernalia oficial. De entrada, voy a reconocer al portavoz de Podemos que lo más lógico sería que dos partidos que gobiernan juntos en España, se entiendan en Asturias. Máxime, cuando uno de ellos muestra su total predisposición al acuerdo. Ahora bien, también es muy tentador para el PSOE negociar con grupos del centro-derecha, porque ponen el listón de sus exigencias más bajo que Podemos. Ciudadanos y Foro no tienen una línea política reconocible en la Junta General del Principado, más allá del mensaje de la cooficialidad del bable de los foristas.
En Ciudadanos leen a veces textos hechos a la medida por profesionales. Están muy bien: la tarea de leer es sencilla, hace falta saber lo que piensan. La negociación del Gobierno empezó hace mucho con estos grupos. En el caso de Ciudadanos, ya se entrevistaron las dos facciones en que se divide el grupo parlamentario con la cúpula del Gobierno. Como no tienen una línea política definida, el pacto presupuestario justifica su actuación en la Junta General del Principado. Hacen algo, aunque sea tan limitado como completar la mayoría parlamentaria que no tiene el PSOE. Sin el acuerdo quedan convertidos en escaños anónimos. Ni carne ni pescado.
El Gobierno aspira a reeditar el acuerdo presupuestario del pasado año, suscrito por cinco fuerzas políticas. Solo PP y Vox quedaron fuera. Lo más lógico es empezar con los grupos más accesibles. Una vez asegurada la mayoría parlamentaria, tocará hablar con Podemos echando mano del clásico argumento: o lo tomas o lo dejas. Con los buenos o con la extrema derecha. Literal.