El Gobierno continúa negociando con los partidos que le pueden dar la mayoría parlamentaria para aprobar los presupuestos de 2022. De entrada solo quedó marginado Vox de las conversaciones sobre las cuentas regionales. Ahora bien, todos sabemos que PSOE y PP no pactarán los presupuestos. Al PP no le interesa y el PSOE no lo intenta. Ambos resultan favorecidos con su aparente disposición al diálogo. Negocian por una cuestión de imagen, sabedores de que tras la pose no hay nada.
Los socialistas cuentan con el apoyo de IU a las cuentas. En lo que va de siglo, solo en una ocasión no hubo acuerdo entre ambos. IU está en sintonía con los planteamientos fiscales del Gobierno y con la importancia que da al gasto social. Son las dos formaciones políticas más cercanas que hay en la región. A la hora de discutir un programa de gobierno o un presupuesto regional, las discrepancias son mínimas. IU es el segundo partido asturiano en implantación territorial. Tiene nueve alcaldías, entre ellas Mieres y Castrillón, ambas entre los siete concejos más poblados de Asturias. Solo el PSOE tiene más poder municipal. En la negociación de los presupuestos regionales salen a relucir las actuaciones del Principado en esos ayuntamientos. Como Adrián Barbón fue alcalde antes que presidente, entiende las sensibilidades locales de IU y llegarán a acuerdos. Los dos votos de IU en el pleno de la Junta General del Principado están garantizados.
El Gobierno necesita otro escaño, con dos principales candidatos a completar la mayoría parlamentaria: Ciudadanos y Foro. En sus actuaciones públicas, los diputados de Ciudadanos ponen como condición para aprobar las cuentas la rebaja de la presión fiscal. A la hora de la verdad les basta con que el Gobierno maquille la fiscalidad en las zonas rurales con riesgo de despoblación para darse por satisfechos. También le convencen al partido naranja las ayudas directas a la natalidad (1.000 euros por recién nacido) que contiene el proyecto presupuestario. Puestos a pedir, plantean incentivos fiscales para captar inversiones empresariales. No hay problema, basta con añadir un renglón a las cuentas y ‘pintar’ una cantidad. Ciudadanos solo tiene una duda de carácter existencial: ser socios de Barbón o subirse al carro de Hervías y marchar con el escaño al grupo mixto. Si falla la apuesta naranja, el presidente trabaja con red para evitar el descalabro: el voto de Foro. Estoy seguro de que Pumares no rechazará el presupuesto. Eso no se le hace al PSOE.