Las críticas expresadas por todos los grupos de la oposición, excepto IU, en la reunión de la Alianza por las Infraestructuras provocaron la contestación de Alejandro Calvo. No estuvo muy brillante. Para el consejero las críticas de la oposición evidencian que la oposición no está comprometida con la Alianza. Siguiendo el razonamiento, si los distintos grupos hubiesen permanecido en silencio demostrarían un gran compromiso. Quizás como ironía o broma pudiera tener algún encaje, pero dicho en serio es un desatino. Las distintas actuaciones (carretera, ferrocarriles) apenas avanzan y los miembros de la Alianza lo hacen constar. La culpa no es de ellos, sino del Ministerio de Transportes. El Principado no juega un papel muy lucido y el foro (Alianza) donde se dan cita veinte organizaciones no pasa de ser una mesa de debates. Cinco años mareando la perdiz permiten calificar de inservible a la Alianza.

Alejandro Calvo sacó a relucir que el PP no apoyó los presupuestos estatales y aseguró que no comparte las reivindicaciones que se realizan al Gobierno. Lo de aprobar o no los presupuestos resulta irrelevante. Sólo faltaba que para reivindicar la finalización de la variante de Pajares fuera necesario aprobar los presupuestos. No creo que el PP juegue un papel singular en esta cuestión. Las infraestructuras es el tema más discutido en Asturias en los últimos cuarenta años. Todas las organizaciones comparten un mismo enfoque. El PSOE diría lo mismo que el PP si estuviera en la oposición en Madrid. Como gobierna en Madrid y en Asturias tiene que poner paños calientes. Cuando estaba Rajoy en el poder, también el PP asturiano daba cobertura a todas las inhibiciones y retrasos del Gobierno central en autovías y ferrocarriles. Estamos cansados de tanto teatro. Estoy seguro que si Alejandro Calvo meditara sobre esto habría aportado otros argumentos.