Las llamadas “ayudas directas” han tenido una vida efímera en Asturias. El cheque bebé, la subvención para la compra de coches, el regalo de los libros de texto y los ordenadores para los jóvenes han estado un par de años en el candelero, como término medio. Desaparecen del escaparate del Gobierno por culpa de la crisis económica y por las presiones de IU, que las juzga excesivas y poco sociales. La bonanza económica duró una docena de años, pero el Principado tardó en lanzar esas ofertas seductoras, hasta tal punto que cuando se sumó al cheque bebé de Zapatero faltaban 15 días para que estallara la crisis de las hipoteca basura (18 de julio de 2007).
Resulta paradójico que en medio de una gran profusión de subvenciones públicas a sectores económicos enteros desaparezcan o mengüen las ayudas para las familias (biberones, libros, ordenadores, coches). IU aparenta tener las ideas claras, al aumentar los apoyos a las personas dependientes o a los demandantes de salario social, retirando las ayudas a los consumidores de bienes genéricos. Pura apariencia. Los responsables de IU firmaron un convenio con la patronal de la construcción para convertir 1.000 pisos libres en viviendas de precio limitado. Esa operación requiere de mucho dinero público y va a beneficiar a un grupo de personas concreto. Si a IU no le gusta destinar dinero a la compra de automóviles producidos por multinacionales, tampoco debería firmar cheques que son festejados por los constructores. Si en vez de gestionar la Consejería de Bienestar Social y Vivienda, tuviera entre sus cometidos la promoción del parque móvil o la defensa de los intereses de las familias, las subvenciones ahora arrumbadas gozarían de un magnífico porvenir. La clave para IU no está tanto en el destinatario de las ayudas como en quién da las subvenciones.
Los socialistas asturianos ofrecieron ordenadores a los jóvenes o libros de texto gratis a los escolares por razones electorales. El anzuelo de la subvención. El cheque bebé y las ayudas a los coches llegaron de la mano de Zapatero. El Principado implantó las ayudas sin basarse en intereses generales. Lo mismo sucede ahora al retirarlas. Las presiones de IU eliminan las subvenciones directas sin debatir sobre lo que conviene a la economía del Principado: ¿necesitaba de esas palancas ante la crisis o eran un dispendio?