Las primarias de Podemos Asturias traen a la memoria los procesos de elección del partido morado en los años 2014 o 2015, cuando el discurso de Pablo Iglesias no estaba contaminado por su práctica política y su estilo personal. Aunque parezca que pasó un siglo, solo hubo hueco para dos legislaturas, el tiempo en que el autoritarismo y el sectarismo cercenaron las ilusiones que despertaban en una población que acaba de pasar por seis años de crisis económica elevando el paro al 25,7%.

Entonces Podemos tenía credibilidad y para un amplio sector social constituía una esperanza. Pronto se vio que era un espejismo. Depuraciones, luchas internas, divisiones y hartazgo convirtieron la foto coral (Iglesias, Errejón, Bescansa, Tania, Alegre, Monedero, Espinar, Bustinduy) en un retrato individual: Iglesias. Una vez que el máximo líder vio cegada la vía de hacerse con el poder desde la posición de socio minoritario en un gobierno de coalición, cambió el BOE por el podcast, la tertulia radiofónica, las redes sociales, etc. Montero y Belarra mantuvieron vivo el legado del jefe. Ocurrieron hechos increíbles, como los vividos en diciembre de 2021 en la organización asturiana, cuando los burócratas de Madrid se hicieron con la caja, y en un proceso electoral sin la menor garantía (no había censo ni se pudo comprobar si el escrutinio electrónico de los votos era limpio), Castañón se hizo con el poder, desplazando a Ripa, mientras que en el máximo órgano de dirección (Consejo Ciudadano) eran mayoría los seguidores de este último. Luego vinieron los expedientes para debilitar la posición de los críticos.

En una atmósfera viciada, la victoria de los críticos, encabezados por Covadonga Tomé, sobre los oficialistas, liderados por Alba González, es una bocanada de aire fresco. La degradación de la formación sigue ahí, pero lo ocurrido en las primarias para elegir candidato autonómico es un hecho tan inesperado como positivo. También lo es la forma de relacionarse entre las dos dirigentes, como bien se pudo ver en el debate del pasado sábado en ELCOMERCIO.es. Asturias es la región donde Podemos logra los resultados menos malos (decir que alcanza los mejores induce a confusión), así que tal vez puedan evitar seguir rodando por la pendiente. La victoria fue contundente (58% de los sufragios) y los críticos copan la candidatura autonómica. Covadonga Tomé es la nueva referencia de Podemos, para satisfacción de Daniel Ripa. Toca salir de la burbuja y hablar para la sociedad.