El Principado quiere aprovechar la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que tendrá lugar del 18 al 22 de enero, para destacar el potencial turístico que supondrá la entrada en funcionamiento de la variante de Pajares. En el viaje en pruebas con pasajeros realizado por la variante, las personalidades que tuvieron el privilegio de pasar a la historia surcando los túneles ya pronosticaron que el AVE sería una ayuda formidable para relanzar el turismo de nuestra región. Vaya por delante que sería estupendo que se confirmase el vaticinio, pero tengo dudas. Seguro que colabora positivamente a que haya más turistas, pero me extrañaría que hubiese un antes y después en el turismo asturiano, haciendo de parteaguas la variante de Pajares.
A diferencia del resto de líneas de AVE, la nuestra no va de ciudad a ciudad, aunque la línea se denomine Madrid-Gijón; va de Madrid a Campomanes. Los 62,7 kilómetros que hay entre Campomanes y Gijón se recorrerán en 58 minutos, a una media de 64 kilómetros por hora. Los defensores del proyecto dicen que en muchos trazados europeos de AVE la velocidad es baja cuando se acercan a grandes ciudades. Por supuesto, seguro que el AVE no llega a París a 300 kilómetros por hora, pero dígannos alguna línea que sus últimos 62 kilómetros se hacen en una hora. El Ministerio de Transportes dice que Madrid-Oviedo se recorrerá en dos horas y 56 minutos. La ministra Raquel Sánchez, en una entrevista publicada el pasado 17 de abril en este periódico, afirmaba que el tramo de Oviedo a Gijón se haría en 25 minutos. Es decir: Madrid-Campomanes-Gijón, 3 horas y 21 minutos. Casi una hora más que el proyecto inicial (2 horas y 29 minutos). El trazado de Madrid a Sevilla, que es más largo, lo hacen todos los días en 2 horas y 34 minutos. Por desgracia, nuestro AVE no será tan competitivo como para movilizar a decenas o centenares de miles de turistas que a día de hoy se buscan otros destinos. Hay más.
Sorprende que el Principado vaya a Fitur con la bandera de la variante de Pajares, porque estos días la noticia está en los nuevos obstáculos que hemos conocido para menoscabar la línea de alta velocidad. Con los nuevos datos sabemos que no solo acaba la alta velocidad en Campomanes, sino que cualquier tren, veloz o lento, finalizará su viaje los fines de semana en ese paraje de montaña. A partir de ahí todos en autobús hacia Oviedo. Una chapuza así no existe en ningún otro tramo de AVE en España. Mal momento para vender modernidad.