>

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

ASTURIAS EN LA FOTO

Llevamos diez días en los que se habla de Asturias en todos los sitios y a todas las horas. Televisiones, radios y periódicos dan prioridad al chusco asunto de los trenes que no cabían en los túneles o de los convoyes tan pequeños que no podían alojar a cromañones. Son las dos versiones dadas por el Ministerio de Transportes, hasta ahora. La primera es la oficial y la segunda es una aportación imaginativa de Xavier Flores, secretario general de Infraestructuras.

La noticia que adelantó EL COMERCIO ha causado sensación en toda España. El grosero error tiene como consecuencia un retraso mínimo de tres años y medio en la recepción de los trenes (hasta el verano perfilando el diseño y tres años de fabricación) de Asturias y Cantabria. Es un escándalo que el público ha encajado con humor, porque no ha ocurrido nada irreparable. Una noticia apta para todos los públicos que parece sacada de una serie de dibujos animados. Algún avispado productor puede hacerse con los derechos del Ministerio de Transportes y llevarla a la pantalla.

La mina

Desde el inicio de la democracia nunca un suceso relacionado con Asturias había atraído tantas miradas durante tanto tiempo. Salvo error en mi apreciación, desde los albores de la democracia solo hubo un hecho que volteó, de golpe, el nombre de Asturias, envuelto en noticia, más allá de las fronteras nacionales: la tragedia ocurrida el 31 de agosto de 1995 en el pozo Nicolasa, donde 14 mineros perdieron la vida en una explosión de grisú. Diez eran de la plantilla de Hunosa y cuatro de una subcontrata (SATRA), con sede social en la región de Moravia-Silesia (Chequia). El mayor accidente de la minería asturiana desde los primeros años de la posguerra. Felipe de Borbón, entonces Príncipe de Asturias, asistió al funeral de la Catedral de Oviedo. El arzobispo, Gabino Díaz Merchán, remarcó en la homilía que la seguridad de los mineros debería anteponerse a cualquier otro objetivo. Hasta los lugares más alejados del mundo llegó la consternación causada por aquella explosión subterránea.

Fuera de un suceso tan excepcional, en la monotonía del día a día, no somos centro de noticias, ni buenas ni malas. Es cierto que la entrega de los Premios Princesa de Asturias se abre un hueco en los medios: solo dura un día. Sucesos como el del ‘caso Renedo’ no traspasaron la frontera del Pajares, cuando en otras regiones el soborno de un concejal se debate en las tertulias nacionales. Antes teníamos equipos de fútbol en Primera División, ahora no, así que el deporte no nos saca del anonimato. Está Fernando Alonso, pero el protagonismo es personal y sus éxitos se producen -o producían- a miles de kilómetros de la región. Hubo hechos lejanos, como el saqueo de la Cámara Santa, llevándose los símbolos de nuestro esplendoroso pasado altomedieval, que hizo durante dos o tres días a la gente compadecerse de nosotros, aunque el suceso queda muy lejos, casi transcurrió ya medio siglo.

Altavoz

Siempre fui sensible a la dificultad de trasladar cualquier cosa que ocurre en nuestra región al conjunto de la nación. Nos visitan y les gusta nuestra tierra, siendo la región mejor valorada por el resto de españoles, pero carecemos de altavoz.

Dos ejemplos más. En los pies de foto de periódicos madrileños ignoran, con frecuencia, los nombres de los presidentes asturianos o los escriben mal. La excepción es Cascos, pero para eso estuvo más de veinte años bregando en la capital.

Voy con la última muestra, que es la que más me ofende: la información meteorológica en las televisiones. Estoy harto de ver cómo explican que las borrascas entran por La Coruña, se trasladan por el Cantábrico y descargan el agua en Bilbao y Donosti, con sendos vídeos de los alrededores del museo Guggenheim y la playa de la Concha. Como mucho nombran a Santander, pero para eso formó parte de Castilla la Vieja. Conclusión: nos echan del mapa.

Fondo político

Esto que puede parecer meramente anecdótico tiene un fondo político. Si los gobiernos de España nos ignoran, y la forma de gestionar el error de los trenes lo indica, ya que nunca el Ministerio de Transportes actuaría con tanta indiferencia si el fallo hubiera ocurrido en Cataluña, Valencia, País Vasco o Madrid, si no somos relevantes para el resto de las comunidades autónomas, si lo que hacemos, mejor o peor, no es noticiable para los demás, cada vez que haya algo en disputa llevaremos la peor parte.

El burdo error cometido con el tamaño de trenes y túneles nos coloca en el escenario nacional como nunca antes había pasado. No vamos a engañarnos, el protagonismo vino impulsado por Miguel Ángel Revilla, que es el político más mediático de España. No importa, porque de esto último también hay que sacar una enseñanza: seremos más visibles si nos asociamos.

Hace un par de semanas lo comentábamos a cuenta del Corredor Atlántico: la alianza con los vecinos nos beneficia siempre. Hasta en los reveses, como el fallido contrato de los trenes, también salimos mejorados si estamos asociados. La petición de responsabilidades al Ministerio de Transportes será más difícil de eludir si vamos al alimón con Cantabria que si estuviéramos solos. Lo mismo cabe decir de la renovación de la flota de convoyes que tenemos obsoleta y la ministra Raquel Sánchez pretende despachar con cuatro trenes. A ver si entre todos logramos que la vía estrecha de Feve no desaparezca por carencia de inversiones y falta de clientes. La peripecia con Cantabria deja un poso de enseñanzas.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor


febrero 2023
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728